Muchos empresarios taurinos como Freddy Villafuerte sostienen que sus eventos son libres y que los más pequeños también pueden disfrutar de las jornadas de tauromaquia.
Para él, las corridas son parte de nuestra tradición, que nos viene de toda la vida y que por lo tanto tenemos el derecho de disfrutarla como cualquier otra actividad cultural que hay en el país.
Al respecto, el psicólogo y psicoanalista Manuel Saravia, del Instituto Guestalt de Lima, considera que los niños que asisten a este tipo de espectáculos sí pueden verse afectados si antes no contaron con una preparación emocional adecuada. “Es un asunto complejo, porque se trata de un concepto cultural. Si el niño no ha sido preparado por sus padres o por adultos para ver este tipo de eventos, presenciar una corrida de toros lo va a afectar, porque va contra el paradigma en pro de la vida, que practica toda la sociedad y que se enseña en las escuelas”, sostiene.
Es mejor que no existan
“Si los padres permiten que el niño asista a las corridas, habría que explicarle al pequeño que ese animal ha nacido y ha sido criado para ese fin, como la carne para el consumo humano, por ejemplo. En general, la recomendación es que no asistan”, advierte el especialista.
Otra institución que se pronunció fuertemente en contra de que los niños participen de la fiesta brava fue el Colegio de Abogados de Lima (CAL). A través de un documento del 15 de diciembre de 2010, el CAL señaló que los adultos tienen total libertad de decidir si asisten o no a espectáculos taurinos, pero que en el caso de los niños “el caso merece un trato diferenciado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario