Un estudio realizado por el Ministerio de Salud da cuenta que en el Perú cada vez hay más mujeres que se someten al aborto. Esta realidad ha hecho que diversas entidades feministas defiendan su despenalización. ¿Usted qué piensa?
El dilema que enfrentan miles de mujeres diariamente ante embarazos no deseados continúa sin ser atendido de manera adecuada por el Estado, ocasionando altas tasas de aborto clandestino que se traducen en daños a la salud física, mental y muerte, siendo las mujeres pobres las principalmente afectadas.
Las altas cifras sobre el aborto en el Perú revelan –aunque no en su verdadera dimensión– la preocupante situación que afecta a las mujeres. Para establecer un estimado del número de abortos que se realizan en el país, hay que tomar como referencia las cifras del Ministerio de Salud de 2010. Según las Direcciones de Salud, ese año se reportaron 42, 558 atenciones por aborto incompleto, a las que se debe aplicar un ajuste de 10% para corregir omisión, con lo que el número asciende a 46, 810.
Cabe señalar que por cada aborto que llega a los hospitales hay otro siete que no figuran en las estadísticas porque se realizan en condiciones inseguras, por lo que el número de mujeres que se someten a esta insana práctica se multiplica por siete, es decir, se calcula que en el país se practican al año unos 371,420 abortos.
Es importante destacar que quienes acuden a practicarse un aborto, solo un 17% lo hacen con un profesional médico, un 39% con una obstetra y en mayor porcentaje, 44%, con personas no calificadas.
Hay que señalar que esta triste situación a la que se someten miles mujeres en el país, ha hecho que la mayoría sufra de una serie de trastornos físicos y psicológicos. Es el caso, por ejemplo, de Rocio y Nadia quienes que a pesar de los años transcurridos aún no pueden superar el trauma que el aborto les dejó en su vida.
“El aborto destrozó mi vida”
En un momento de desesperación y locura, Rocío (19) tomó una de las decisiones que le cambiarían la vida. Después de una tormentosa relación con un hombre quince años mayor, ella quedó embarazada a pesar de las advertencias de su familia. Del padre de su hijo poco o nada sabe, huyó con rumbo desconocido al enterarse de la noticia, quizá por la responsabilidad que tenía que asumir, a esto le sumamos que Rocío descubrió que su pareja mantenía una relación paralela con una mujer a quién negaba en todo instante. Fueron estos momentos duros que le toco vivir a la joven, los que le obligaron a tomar la fatal decisión de abortar en una clínica clandestina donde le practicaron de forma arcaica y poco higiénica un aborto clandestino.
“Al principio no tenía el valor suficiente para poder hacerlo – me encontraba sola, mi familia me había dado la espalda apenas se enteraron del problema. Recuerdo que llegué a ese lugar por recomendación de una amiga que ya había pasado por ese mismo problema, estando en la puerta se me vino a la mente una serie de remordimientos y sentimientos encontrados que me hicieron retroceder en más de una ocasión – luego me arme de valor y entré a un pequeño cuarto de triplay donde me esperaba un hombre con un mameluco blanco y con una mirada desafiante. No recuerdo más, cuando desperté sentí un dolor intenso en el vientre y un dolor aún más fuerte en el corazón. Hoy han pasado casi seis años desde esa fecha y pareciera que fuera ayer, los remordimientos se hacen constantes e insoportables de sobrellevar, en realidad el aborto cambio mi vida”, nos narra Rocío.
“Era emocionalmente inmadura”
Apenas terminado el colegio, Nadia (17) ya sabía lo que era vivir del desengaño y la desilusión, de quien ella creía era el amor de su vida. Había mantenido un romance con Joaquín un adolecente que empezaba a conocer la vida. Un buen día pasó algo que lo dejó desconcertada. En una prueba común se dio con la noticia que tenia tres meses de embarazo y un futuro incierto. No tardaron los reproches por parte de su pareja y familiares cercanos, quienes se oponían al nacimiento del nuevo ser, es más deslizaron la posibilidad de deshacerse de la criatura en varias oportunidades. “Al verme sola, y sin apoyo de nadie tomé la decisión de no seguir con este embarazo que me agobiaba. No pasaron ni tres días de aquel amargo momento cuando en un momento de desesperación decidí dejarme llevar por mis instintos y en un arranque de locura decidí en forma silenciosa acudir a una clínica- si así se podía llamar a ese sucio y maloliente consultorio- donde aceptaron en forma reservada practicarme el aborto. Recuerdo que un hombre de más o menos 40 años de edad me dijo que solo había que inyectar un poco de líquido, que al principio sentiría unos dolores y que después expulsaría el feto. No fue así. Sentí a mi bebé moverse de aquí para allá durante hora y media, el tiempo en que tardó en fallecer. Tuve un parto difícil durante más de 10 horas y yo misma di a luz a mi hija. Era hermosa, tenía tres meses y medio... pero estaba muerta”, sostiene Nadia, ahora una chica de 30 años que a pesar de los años transcurridos aún no puede olvidar los momentos que le tocó vivir esa tarde en esa clínica de San Juan de Lurigancho.
En Lima, según la Policía Nacional del Perú, existen por lo menos unos 400 centros clandestinos donde se practica el aborto clandestino. La mayoría de ellos, en estados deplorables que llevan al paciente a perder la vida. De acuerdo con el Ministerio de Salud, unas 10 mil mujeres que se sometan a estas prácticas en dichos lugares terminan perdiendo la vida, ya sea en el mismo consultorio o inmediatamente después del aborto.
Opiniones encontradas
El alto número de abortos que se suscitan en el país- la mayoría clandestinos-, ha llevado a que muchas instituciones estén a favor de la despenalización del aborto.
En nuestro país solamente está normado el aborto terapéutico desde 1924 (cuando un embarazo pone en riego la vida de la madre). Una reciente encuesta realizada por el Movimiento Feminista Manuela Ramos sobre si ¿usted estaría de acuerdo o no que se despenalice el aborto?, generó opiniones encontradas al respecto.
Por ejemplo en los casos de violación sexual y de malformaciones en el feto generaron opiniones diversas. En Lima por ejemplo, un 54% señaló que el aborto por violación si debería ser permitido, mientras que en el interior del país se registraron respuestas similares, en el rango del 51% en Pucallpa, 58% en Piura y un sorprendente 57% en Ayacucho.
Entre tanto el aborto cuando el feto presenta malformaciones es aceptado en Lima por un 59% de entrevistados, seguida por Pucallpa con 58% Ayacucho con 57%. Otra de las preguntas que generó controversia fue sobre la pena de cárcel para personas que se practicaban el aborto, así como quien se lo practicaba. Un 19% manifestó estar de acuerdo con la pena, un 36% no esta de acuerdo, un 41% solo en circunstancias extremas y un 4% no precisaba respuesta alguna.
Los resultados de esta encuesta ha llevado a la directora del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Pronsex), Rossina Guerrero, a afirmar que la actual coyuntura es propicia para pedir al gobierno que se mejoren los programas de prevención de embarazos no deseados y que se flexibilicen las leyes que condenan el aborto clandestino.
¿Usted qué opina? ¿Tiene derecho una persona por más problemas que tenga quitarle la vida a un ser inocente que no pidió venir al mundo?. La polémica está dada.
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