León
Trahtemberg: “El problema es definir de qué costo hablamos.
Si es gratuito o barato me corro el riesgo que la formación sea mediocre lo
cual convertirá mi vida en una fuente de fracasos ulteriores, que subsanarla me
saldrá carísimo. De modo que el concepto de caro tiene que ver no solo
con lo que ofrece una institución educativa a cambio de lo que cobra, sino la
utilidad que eso tendrá para las siguientes etapas de la vida de la persona.
De
ahí que los padres al momento de matricular a sus hijos deben tomar en cuenta
la coherencia entre lo que el colegio ofrece como promesa educativa y lo que
los padres esperan de un colegio. Junto con ello, la capacidad de pagar las
pensiones escolares sin estresarse todos los meses, ya que ello contamina el
ambiente del hogar y perjudica a los hijos”.
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