A pesar de los esfuerzos del Estado, cada vez más adolescentes menores
de 18 años se embarazan, situación que los lleva abandonar la escuela para
poder asumir roles de adultos.
El embarazo infantil en el Perú habría aumentado,
sobre todo en las regiones de la selva, Ello se desprende del reciente informe de
seguimiento a los compromisos adquiridos en la Plataforma de Acción de
Beijing-Perú, firmado hace 20 años, y que fue recientemente publicado.
Esta situación ha hecho, según Elena Zúñiga,
representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas y del Mesagen (Mesa
de Género de la Cooperación Internacional), integrado, entre otros, por la OIT,
ONUDD, JICA, etc., que las adolescentes abandonen sus colegios o no culminen su
educación motivadas por la necesidad de trabajar para dar de comer a su hijo,
labores domésticas o el cuidado de sus hermanos.
Es el caso de Ana, una niña de 14 años que luego de
salir embarazada dejó de estudiar para
dedicarse a su hijo, a quien carga sobre sus espaldas cada vez que sale a las
calles para vender golosinas.
La falta de políticas educativas en los colegios y las
universidades, a lo que se suma el consumo del alcohol y el mal uso de las
redes sociales, ha hecho que la sexualidad hoy en día deje de ser un tabú para
ser practicado, muchas veces sin la información necesaria sobre sus
consecuencias.
No por algo 13 de cada 100 adolescentes de 15 a 18
años ya son madres o están embarazadas por primera vez.
Daniel Aspilcueta, director de Inppares, dice que esta
situación es muy preocupante porque frustra el desarrollo de vida de la mujer, de
ahí que el 24% de las adolescentes embarazadas estén por debajo del quintil
inferior de riqueza.
Otras consecuencias
Los embarazos a muy temprana edad forman parte del
patrón cultural de algunas regiones y grupos sociales, pero en las grandes
ciudades generalmente no son deseados y se dan en parejas que no han iniciado
una vida en común; lo que generalmente termina con el abandono de la mujer y
del hijo, configurando así el problema social de la madre soltera. Muchos de
estos embarazos terminan en abortos practicados por personas sin la debida
formación profesional y en condiciones sanitarias inadecuadas, ya que los
servicios médicos especializados son escasos y costosos.
De acuerdo con la Encuesta Demográfica y Salud
Familiar (Endes), la mortalidad materna infantil (12 a 17 años) en el
2012, fue de 22% en Loreto y San Martín
y 21% en Áncash.
Para
reducir estos índices preocupantes, la Mesa de Concertación de Lucha Contra la
Pobreza recomienda, entre otras cosas, se apruebe el Nuevo Código del Niño y
Adolescente, donde se reconozca los derechos sexuales y reproductivos de los/as
adolescentes mayores de 14 años. Asimismo se realicen campañas de
sensibilización para informar a los y las adolescentes sobre sus derechos en
materia de salud sexual y reproductiva, en particular sobre la prevención de
las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos precoces. (Redacción)
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