Este año se cumplen tres siglos desde que se inventara un ingenio que activó los engranajes que impulsarían la revolución industrial: la máquina de vapor.
En 1712, uno de estos motores empezó a bombear agua en una mina de carbón en Reino Unido. El artilugio era obra del inventor británico Thomas Newcomen y permitió a los mineros extraer carbón antes inaccesible.
Ese acontecimiento es considerado clave, porque fue la primera vez que la ciencia se puso al servicio de la industria, en este caso la minera, y es por ello que la semana pasada, una conferencia organizada por la Asociación Newcomen en la ciudad de Manchester rindió tributo al inventor británico.
Sin embargo, las charlas que se ofrecieron en el evento poco tuvieron que ver con Newcomen, ya que en su mayoría estuvieron centradas en su contemporánea sucesora, la energía nuclear.
Bombeando agua
Thomas Newcomen fue el ingeniero que primero fabricó un motor de vapor que pudiera usarse en la industria, y por lo tanto en el comercio.
“La ingeniería antes de él se limitaba a dar servicio a la comunidad rural, con cosas como el molino de agua o de viento”, explicó Michael Bailey, de la Asociación Newcomen.
“En aquellos tiempos, las minas de carbón proliferaban porque habíamos arrasado con nuestros bosques. Como el carbón vegetal ya no estaba disponible por la falta de bosques, creció rápidamente la demanda de carbón convencional”, recuerda Bailey.
Sin embargo, el suministro era limitado porque a medida que las minas eran más profundas se inundaban más, por lo que se hizo necesario un aparato para bombear el agua y extraer el carbón inaccesible.
Cuando estuvo operativo en septiembre de 1712, el diseño de Newcomen se incorporó a la minería y de ahí se adaptaría a muchos otros sectores de la industria.
Es por ello que desde entonces se consideró un factor clave en el inicio de la Revolución Industrial.
Sin embargo, no era la primera vez que se oía hablar de dispositivos propulsados por vapor de agua. Existen ciertas evidencias que indicarían que ya en la antigüedad se conocían sus propiedades motoras.
Esto quedó plasmado en el manuscrito de Herón de Alejandría, quien en un tratado con el fin de recopilar diversos tipos de inventos describió un sistema a vapor para abrir las puertas de un templo automáticamente o para hacer girar figuras en un altar.
Estaciones nucleares
No obstante, no fue hasta Newcomen que la máquina a vapor tendría finalidades prácticas, impulsando medios de transporte como barcos, trenes e incluso automóviles, aunque en este terreno le ganó protagonismo el motor de combustión a mediados del siglo XX.
En pleno siglo XXI, 300 años después de una invención que convertiría a Reino Unido en la cuna de la revolución industrial, la conferencia de Manchester se centra en el liderazgo de este país en otro tipo de energía: la nuclear.
Reino Unido fue la primera nación del mundo en comercializar a escala civil estaciones nucleares, y Manchester, que en su día se convirtió en el epicentro de la revolución industrial, hoy también lo es de la industria nuclear británica.
La máquina de vapor reinó durante 200 años transformando por completo y para siempre el modo de vida de los seres humanos, perdiendo terreno a mediados del siglo XX con la aparición de los motores eléctricos y de combustión.
Aunque a algunos les puede parecer que la energía nuclear no es un invento novedoso, lo cierto es que han pasado tan solo unas seis décadas desde que se empezara a usar para generar electricidad, y del mismo modo que le pasaría a Newcomen, es difícil saber todavía cómo ésta transformará el mundo del mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario