jueves, 12 de julio de 2012

Wimbledon en la nube


Imagine dirigir un negocio donde la mayoría de clientes aparecen durante solo dos semanas del año. Millones llegan y piden un servicio de alta calidad, diferentes a los del año anterior.


Bienvenido al mundo de Doug Clark, el ejecutivo de IBM responsable de la infraestructura que dirige la página de internet de los campeonatos de tenis de Wimbledon.
Fuera de temporada, esta página recibe una media de 500.000 visitas por día, pero durante el campeonato las visitas diarias pueden alcanzar los 50 millones.
“Wimbledon es un ejemplo de demanda extrema en un momento determinado. Hay largos periodos latentes y un periodo frenético cuando el torneo cobra vida”, dice Dough.
Este fenómeno, en inglés conocido como spikiness de la demanda, es un problema muy común en empresas dedicadas a la tecnología de la información. Se refiere a esos momentos que requieren procesadores más potentes y mayor capacidad de almacenamiento. 
Un problema de las TIC
Los minoristas sufren este mal y esperan un alud de visitas en épocas como Navidad.
A las firmas de viajes contratados a través de internet les ocurre lo mismo: en enero reciben miles de peticiones para programar vacaciones de verano.
¿Cómo puede una empresa evitar que su página de internet colapse en esos momentos de gran tráfico?
Las firmas de computación en nube aseguran que tienen la respuesta y afirman que en lugar de comprar muchas computadoras y sistemas de almacenamiento (en desuso durante gran parte del año), pueden solucionar el asunto de forma más flexible.
Y ahí vamos al ejemplo de la página de internet de Wimbledon, que dispone de suficientes recursos como para resistir el ritmo del torneo.
Pero todas esas máquinas no están en Inglaterra sino en la localidad de Raleigh, en Carolina de Norte, Estados Unidos.
Sistema multiusos
Una vez que terminan los torneos, esta capacidad se puede utilizar en otros grandes torneos como el Open de golf de Estados Unidos u otros eventos estacionales como los premios Tony.
La computación en nube tiene como añadido que en lugar de estar sujeta a contratos cerrados, las firmas pueden contratar su equipo por periodos de tiempo más cortos.
Esto es enormemente útil para empresas que lanzan proyectos de prueba sin saber cuán exitosos estos van a ser. En caso de necesitar capacidad extra, ésta se puede comprar fácilmente.
En Reino Unido está el caso Zoopla, una página para aquellos que buscan comprar o rentar una propiedad que ha experimentado un notable crecimiento desde su lanzamiento en 2008.
Simon Kain, su cofundador y jefe de tecnología dice que aprendieron de experiencias previas. “Incluso con una infraestructura de equipo de tamaño decente, mantener nuestra propia plataforma de hardware consume tiempo y con poco presupuesto puede resultar en grandes limitaciones”.
El AWS de Amazon
Zoopla usa los servicios de internet de Amazon AWS, que se lanzó en 2006 y que es actualmente uno de los grandes actores del mundo de la computación en nube.
Amazon usaba ya grandes cantidades de poder de almacenamiento y procesadores para operar su página de ventas. Andy Jassy, uno de los promotores del proyecto, pensó que con un poco de inversión, Amazon podría empezar a ofrecer servicios a otras firmas.
“Amazon era adecuado para este negocio porque le gustan los negocios a grandes volúmenes y de poco margen, y muchas firmas de tecnología no”, apuntó.
Jassy espera que AWS termine igualando en tamaño al negocio de ventas minoristas de Amazon, que actualmente genera unos US$40.000 millones anuales.
Sin embargo, a pesar de esta flexibilidad, el despegue de la nube se está dando a un ritmo bastante lento.
Miedo, incertidumbre y dudas
Analistas de la firma Tier1 Research estiman que sólo el 2% de la tecnología de la información está alojado en servicios de la nube.
Uno de ellos, Daniel Beazer, dijo que “muchas compañías han estado tanto tiempo en internet que tienen sistemas con más de una década de antigüedad”.
“Gran parte de lo que tienen funcionan, ¿por qué cambiar? Los ahorros que genera la nube no son los suficientemente grandes como para justificarlo”.
Amazon acepta que no todas las empresas están preparadas para pasarse a la nube. También expresaron que las empresas de tecnología tradicionales temen lo que pueda ocurrir en el traspaso hacia este sistema.
“Hay mucho miedo, incertidumbre y duda”, sostiene Jassy.

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