Los analistas consideran que Obama ha cedido
más que su homólogo en el desbloqueo. Exportaciones, uso de tarjetas de bancos
norteamericanos y visados, ventajas para Cuba. ¿Los cubanos tienen algo para
soñar mientras hacen fila para adquirir productos?
El deshielo entre Washington y La Habana, además de
ser el gesto político más importante desde que cerraron las embajadas en las
dos capitales el año 1961, puede tener un mayor impacto en la isla comunista
que en Estados Unidos.
El restablecimiento de relaciones diplomáticas
completas formaliza una relación que ya existía desde que el presidente Jimmy Carter abrió
las secciones de intereses en 1977 pero, al mismo tiempo, introduce una
sensación de estabilidad entre los dos países y le abre las puertas a Cuba a
recibir muchos más recursos económicos y tecnológicos que ni su aliado
Venezuela le puede proporcionar.
El fin del embargo económico, aunque no es ya una
realidad, no deja de ser una posibilidad desde que el presidente Barack Obama anunció
el miércoles que permitirá
la exportación a Cuba de toda tipo de mercancías, tanto adquiridas por
el Gobierno como por los pequeños empresarios privados que han comenzado a
florecer en el sector de los servicios.
La idea detrás de este permiso es proveer a la
iniciativa privada de los recursos necesarios para desarrollarse. Las compras todavía tendrían
que hacerse al contado, pero estarían facilitadas con la apertura de
bancos especializados en los dos países.
Tarjetas
Además, los cubanos de a pie y los visitantes,
exiliados y extranjeros, podrían usar tarjetas de crédito emitidas por
bancos estadounidenses para
solventar sus gastos. "El presidente encontró una forma de darle la vuelta
a la obligación que el Congreso ha impuesto (en 1996) de hacer las compras al
contado. Con un banco americano en La Habana, por ejemplo, y la circulación de
las tarjetas de crédito, ese problema se acabó", estima el económista, Jorge González Torres.
En su opinión, muchos de los problemas que hay ahora
para la compra de alimentos y productos agrícolas es la inexistencia de nexos
bancarios entre los dos países. Además, la administración también ha
descongelado las cuentas bancarias en Estados Unidos de cubanos residentes en
la isla.
Pero también, los dos países han acordado aumentar el
flujo de visitantes estadounidenses a Cuba. El año pasado, el Departamento de
Estado comenzó a facilitar los viajes de cubanos a Estados Unidos otorgando visas de múltiples entradas
válidas por cinco años.
En cambio, otros economistas opinan que el impacto
será lento por las características del sistema político en la isla. “No
vamos a ver resultados tan rápidamente. En parte por la máquina
burocrática del estado. Muchos funcionarios se van a sentir inseguros en
cumplir algunas instrucciones superiores. Otros, más conservadores,
sencillamente harán lo posible por oponerse”, ha dicho el economista Álvaro
García.
De lo que no hay duda es de que el Gobierno de La
Habana y, en particular, el presidente Raúl Castro, que logró esta aproximación
no estando ya su hermano, Fidel, al timón, son vencedores. Estados Unidos concedió mucho
más que Cuba.
“El triunfo más importante no es para Cuba sino para
el mismo Raúl Castro. Por
primera vez en casi 56 años un gobernante cubano y un presidente estadounidense
dialogan. Raúl y su circunstancia lo han conseguido sin perder la cara
en el intento”, ha enfatizado el analista político Alejandro Armengol.
Aunque también subraya esta misma fuente: “Podemos
considerar que estamos ante 'la última victoria' de Fidel Castro. El
empecinamiento en un intercambio, la captura de (Alan Gross), la campaña
internacional, todo condujo al resultado esperado por el Gobierno de La Habana”.
Esperanza
Y, “a los efectos del cubano de a pie”, también el
gobierno de La Habana sale ganando, porque Washington le ha regalado una nueva
ilusión con que alimentar la espera de quienes viven en la isla, ha dicho el
analista.
"Primero fue el petróleo, que nunca apareció;
luego las inversiones extranjeras, que aún no han florecido. Ahora llega la
ilusión del fin del embargo. Los
cubanos tienen algo para soñar mientras hacen fila para adquirir productos o estiran sus salarios, que no les
bastan", ha comentado Armengol.
Pero al final, “se puede argumentar que en ambos casos
son victorias temporales: dentro de unos meses nadie comentará nada sobre los
espías intercambiados por Gross y falta mucho para el fin del embargo”, ha
agregado. (Agencia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario