jueves, 11 de diciembre de 2014

Mujeres rurales de AL y el cambio climático



En las zonas rurales, solo 17 millones de 58 millones de mujeres campesinas están consideradas parte de la población económicamente activa. La falsa creencia de que ellas nacieron para servir al varón, las ha condenado a la marginación. Lo peor, es que el cambio climático ha magnificado la desigualdad entre hombres y mujeres.

En el marco de la COP20, que se desarrolla en Lima, mujeres rurales de distintos países de Latinoamérica presentaron su agenda frente al cambio climático y demandaron a los Estados Miembros alcanzar acuerdos vinculantes, tomar acciones urgentes para enfrentar este fenómeno y contemplar estrategias diferenciadas entre hombres y mujeres rurales.
Las mujeres, que forman parte de organizaciones2 provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay, urgieron a los gobiernos de la región a demostrar voluntad política y tomar decisiones en beneficio del sector rural.
“Las mujeres rurales somos las más afectadas por el cambio climático y las primeras en vivir sus efectos negativos”, señaló Elvira Sánchez, del Foro Centroamérica Vulnerable Unida Por la Vida.
Por su parte, Beatriz Olivera, Coordinadora regional de la Campaña CRECE de OXFAM, agregó: “El cambio climático afecta a las mujeres de Latinoamérica aquí y ahora, y está impactando en el futuro alimentario en la región. Los gobiernos deben pasar a la acción”.
Entre las demandas se incluyen el reconocimiento por medio de políticas públicas del Estado del papel de las mujeres como productoras; un llamado a poner fin a todo tipo de violencia contra las mujeres; asignar presupuesto para programas de apoyo a mujeres rurales, indígenas y campesinas que incluyan medidas de mitigación y adaptación al cambio climático; reevaluar el impacto de los Tratados de Libre y Comercio (TLC) firmados por distintos países; impulsar la agricultura familiar y garantizar el acceso y control sobre recursos naturales; y fortalecer los planes de prevención, gestión integral y reducción de riesgos frente al cambio climático, entre otras.
María Raquel Vázquez, coordinadora de la Red Centroamericana de Mujeres Rurales Indígenas y Campesinas, y Ángela Yibi Ramírez, de la Asociación de Usuarios Campesinos de Colombia, demandaron un alto a la violencia contra mujeres y hombres rurales que defienden su tierra. En tanto, María Edith Villanueva, coordinadora de Mujeres Campesinas de Honduras, puntualizó: “Ante los efectos del cambio climático, las mujeres que trabajamos la tierra exigimos acceso y control de recursos naturales de calidad”.
Exigieron también que se garantice el derecho a la alimentación; instrumentar incentivos para evitar que mujeres y jóvenes de comunidades rurales se vean obligados a migrar; regular los megaproyectos de las industrias extractivas, adoptar estrategias y políticas públicas transparentes de adaptación y resiliencia; frente al cambio climático e implementar presupuestos para el campo de calidad, transparentes y participativos.

 “El monocultivo, la industria extractiva y el acaparamiento del territorio forman parte de un modelo que está destruyendo la Tierra y generando el cambio climático. Esto debe detenerse ahora”, concluyó Esperanza Cardona, Coordinadora de la Comisión Política articulada en la Vía Campesina de Honduras. (Agencia)


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