La COP20 debe servir para que el Perú y la comunidad internacional
cambien su relación con el mundo. Así se manifestó Marco Arana del Frente Amplio,
quien anunció que participará con cientos de cajamarquinos en la Gran Marcha de
los Pueblos a realizarse en Lima este 10 de diciembre.
“El cambio climático es una realidad y está
afectando todas las formas de vida del planeta. En un futuro cercano
afectará especialmente a las poblaciones de los países más pobres que no han
sido precisamente los que más han generado los gases de efecto invernadero que
nos han llevado a la situación actual. Es el fondo de una situación de
injusticia ambiental, de injusticia climática”. Con estas palabras, Marco
Arana, líder del partido ecologista Tierra y Libertad y del Frente Amplio del
Perú, se refirió a la cumbre COP20, que se desarrolla en el país.
“Frente al cambio climático, el Perú debe
afrontar una serie de desafíos que van desde la acelerada pérdida de sus
glaciares, la galopante deforestación amazónica, la cada vez mayor ocurrencia
de fenómenos climatológicos extremos, la destrucción de sus cabeceras de
cuencas por expansión no planificada de actividades mineras sean estas legales
o ilegales. Los cambios que se necesitan son profundos y no puede esperar más”,
sostuvo Arana.
El líder ambientalista anunció que miles de ciudadanos
apoyarán la Gran Marcha de los Pueblos que partirá el domingo 7 desde las
lagunas de Conga en Cajamarca para llegar a Lima el 9 de diciembre para unirse
a la marcha que se realizará al día siguiente por varios distritos de la
capital.
También señaló que es “muy importante que sean
acogidas las propuestas no solo de mitigación a las que las grandes economías
del mundo deben comprometerse sin dilación, sino que demandó al Gobierno Peruano
y a la comunidad internacional, encarar las medidas de adaptación al cambio
climático en el Perú, principalmente entre los sectores más pobres”.
Al mismo tiempo, destacó la necesidad de
potenciar el SERFOR, el Ministerio del Ambiente y los gobiernos regionales para
combatir la deforestación amazónica, fijando metas precisas y asignando los
recursos financieros internacionales necesarios. “Lo mismo para una protección
adecuada de las fuentes naturales de agua y poder garantizar el derecho al agua
sobre la base de la defensa de las empresas públicas de provisión de servicios
de agua y saneamiento que también se hallan amenazadas con procesos de
privatización, lo cual afectaría más aun el derecho al agua de las poblaciones
con menores recursos”, acotó.
Finalmente, Arana expresó su preocupación por
cómo el Gobierno Peruano, para reactivar el crecimiento de la economía, ha dado
un conjunto de normas que desmantelan los pocos avances que se habían logrado
en materia de institucionalidad ambiental, que podría agravar aún más nuestra
vulnerabilidad frente al cambio climático ya que se ejercerá mayor presión de
las inversiones en ecosistemas andinos, costeros y amazónicos frágiles y
podrían vulnerar aún más
“Los derechos territoriales de los pueblos
amazónicos, las comunidades campesinas y las poblaciones urbano marginales de
las principales ciudades costeras, siguen careciendo de derecho al agua y el
derecho a vivir en ciudades limpias y seguras social y ambientalmente”,
manifestó.
El ambientalista señaló por eso “la importancia
que la COP20 pueda ser también una oportunidad para fortalecer el movimiento
ciudadano ambientalista peruano que cada vez ha ido creciendo, a pesar de la
dura hostilidad que contra sus miembros han tenido las leyes de criminalización
de la protesta y las actividades ilegales que actúan con impunidad y han
convertido al Perú en el cuarto país del mundo donde más asesinatos se cometen
contra los defensores ambientales”. (Redacción)
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