jueves, 3 de febrero de 2011

Keiko pagará los errores de su padre desde la presidencia

Jean Giancarlo Bachelli es un pequeño con espíritu grande. A pesar de la osteogenésis imperfecta, más conocida como enfermedad de los huesos de cristal que lo afecta, no pierde su amor por el futbol. Gracias a su carisma hoy postula al Congreso con el número 6 por la lista fujimorista. Dice que de llegar al Parlamento luchará por los discapacitados en el país

-¿Como así entras a la política?

-Te explicare, tuve la posibilidad de vivir en el extranjero durante 8 años y eso me permitió ver muchas cosas. Cuando regrese en el año 97 vi un Perú diferente; de ser un país caótico, inseguro y colapsado económicamente durante la década de los 80, hacer una nación en franco crecimiento gracias a la inversión nacional y extranjera. Es ahí donde nace mi inquietud por la política.

-¿Cómo fue su acercamiento con el fujimorismo?

-En el año 2008 conocí a Keiko a través del Facebook, desde allí nació una linda amistad. Durante todo este tiempo compartí con ella un poco mis ideas y propuestas, muchas de las cuales coinciden con su forma de pensar. Creo yo que ello facilitó para ser parte de la lista congresal. Además tengo una eterna admiración hacia su padre que de lejos fue el mejor Presidente del Perú.

- ¿No crees que al decir que eres fujimorista ello te lleve a que te miren mal. Y te lo pregunto, porque mucho se ha dicho del ex presidente?

-Yo respeto el punto de vista de las personas. Uno puede simpatizar o no con el Presidente Fujimori. Lo que pasa es que de un tiempo acá ser simpatizante de su partido en nuestro país es casi un delito.

- ¿Pero no vas a negar que hubo corrupción?

- Yo no digo lo contrario. Hubo errores en el último tramo de su gobierno, ese es la gran deuda que tiene el fujimorismo con el país y esa deuda la saldara Keiko desde la presidencia. Pero no hay que olvidar que también se hicieron buenas cosas. Ahí está el crecimiento económico cuyas semillas se sembraron durante su gestión y que hoy la gran mayoría de los peruanos lo vienen cosechando.

-¿Conoces al ex presidente Fujimori?

-Todavía no, es uno de los grandes sueños que tengo y espero poder cumplir muy pronto.

-¿De llegar al Congreso, qué proyectos tienes en mente?

- Tengo varios. Uno de ellos es el proyecto llamado “Transporte para todos”, que es la posibilidad de que el transporte público sea también para las personas con discapacidad. Salvo el Metropolitano que no llega a todos, el resto de las unidades de transporte-o sea la gran mayoría-no tiene un lugar para los discapacitados. Eso debe cambiar.

Otro proyecto en la que trabajaré será el de la bonificación a las familias con discapacidad. Si tu eres familiar de una persona que tiene discapacidad y no tienes los suficientes recursos como para contratar a alguien, estás imposibilitado de trabajar ya que tienes que cuidar a tu familiar, y ello obviamente te impide ganarte la vida de manera normal. A ellos hay que apoyarlos.

Durante este régimen se descuido el proceso

El ex presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, Hugo Ordóñez, señaló sentirse decepcionado con el actual Ejecutivo porque prometió mucho pero en la realidad hizo poco

-¿Considera que la creación de Macro-Regiones es una buena medida para el proceso de descentralización que se busca?

-Siempre y cuando obedezcan a un proceso progresivo de aproximación sucesiva, voluntaria, es posible. Normalmente esto pasa en los grandes proyectos de desarrollo, por ejemplo la Interoceánica o el gaseoducto sur-andino que son proyectos que favorece a varios departamentos como Cusco, Arequipa, Puno y Moquegua. Pero esto no debe ser dispuesto vía una ley, como quiso implantarlo el actual Ejecutivo.

-¿Qué opina de la gestión del presidente García en relación a la descentralización en el Perú?

-En realidad hubo mucha distancia entre la palabra y los hechos que son los que definen una gestión gubernamental; nos hubiera gustado que todo lo que planteaba el gobierno hubiera terminado en políticas que profundicen la descentralización en nuestro país, lamentablemente ello no fue así.

- ¿Qué espera del nuevo presidente?

- Bueno, en primer lugar nos hubiera gustado que todos los candidatos a la presidencia se hubieron constituido a este evento. Lamentablemente solo estuvieron tres y eso preocupa, porque su ausencia significaría que no tienen interés en este proceso. Como fuese, esperamos que el nuevo gobernante impulse la descentralización que durante este quinquenio estuvo algo estancado.

La descentralización como motor del desarrollo

El secular centralismo de la capital peruana desde su fundación en 1535 se vio magistralmente definido cuando a fines del siglo XIX, el escritor peruano Abraham Valdelomar dijo irónicamente que Lima es el Perú, el Jirón de la Unión es Lima, y el Palais Concert es el Jirón de la Unión”.

En efecto, salir de la capital con rumbo a cualquier ciudad del interior del país hasta la década de los 90 era viajar a través del tiempo hacia el pasado. Ver ciudades con servicios deficientes de agua potable, luz, teléfono, etc., era algo común. Si bien esta realidad en algo ha cambiado aún falta mucho por hacer.

Precisamente la falta de oportunidades y de desarrollo económico en el Perú profundo hizo que muchos migraran hacia Lima durante la década de los 50 y 60, convirtiendo a la capital con el paso de los años en una ciudad de provincianos.

El primer gran esfuerzo para revertir esta situación se dio a finales de 1989 cuando estaba en el poder el partido aprista. Ese año se crearon varias regiones.

Con la asunción de Alberto Fujimori en 1990 este serio intento de descentralizar el poder capitalino hacia las provincias se vio frustrado. Tras el autogolpe de estado del 5 de abril de 1992, las regiones fueron reemplazadas por los Consejos Transitorios de Administración Regional (Ctares) que de temporal no tenían nada, ya que existieron hasta finales del 2002 cuando fueron sustituidos por los gobiernos regionales.

En el 2005 durante el gobierno de Alejandro Toledo se convocó a un referéndum para la conformación de macro regiones. Los resultados mayoritariamente negativos de esa consulta llevaron a que el nuevo intento para impulsar este proceso se detuviera.

El actual mandatario Alan García consciente que las condiciones para la conformación de regiones en el país no eran las mejores, optó a pesar que la Ley de Bases de Descentralización y la Constitución Política no lo señalan, promover la creación de regiones pilotos, proceso que a pesar de tener el apoyo de la Presidencia del Consejo de Ministros, no logró cristalizase.

Si bien durante este régimen se transfirieron varias competencias a los gobiernos regionales, lo mismo no se puede decir de los recursos económicos que aún siguen en manos del centralismo limeño.

Para el ex presidente del CTAR Huánuco, Naut Aguilera Prescott, mientras el gobierno central no descentralice la economía a favor de las regiones, difícilmente podrán las zonas más alejadas del país alcanzar el desarrollo.

Si bien Aguilera entiende que la descentralización debe darse por etapas como viene sucediendo en países como España y Colombia que tienen 30 años trabajando sobre este tema, también considera que esta nunca va madurar en el país en la medida que las autoridades de turno del gobierno central no tengan claro que desean para este proceso.
Brillaron por su ausencia

Con el fin de escuchar las propuestas de los candidatos presidenciales, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales convocó el mes pasado a un seminario. A dicho encuentro sólo asistieron tres de los nueve postulantes.

Antes dejar el cargo, el ex presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, Hugo Ordoñez, sostuvo que era inconcebible que la mayoría de los candidatos no se hayan presentado. “Es una mala señal para este proceso en caso salga elegido uno de los ausentes”, dijo.

En la cita de los presidentes regionales sólo estuvieron presentes Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Pedro Pablo Kuczynski.

Humala al hacer uso de la palabra dijo que para él la descentralización debe ser transversal para poder democratizar el poder económico y político. Consideró que el país está concentrado en la capital y la costa y eso no permite la solución de problemas, como el empleo.

Dijo que se debe invertir en infraestructura en la costa, sierra, selva, creando puestos de trabajo con respaldo y garantía del Estado Peruano. Además subrayó la urgente necesidad de regionalizar el Sistema Nacional de Inversión Pública – SNIP-, para hacer que las regiones sean los responsables de las obras que se van ejecutar.

Coincidiendo con Humala, Pedro Pablo Kuczynski, señaló que a la descentralización del SNIP se debe sumar el MEF para de esta manera apoyar a las regiones y municipalidades en la preparación y supervisión de proyectos.

El candidato por la Alianza por el Gran Cambio sostuvo que todo gobierno que piensa seriamente en descentralizar el país debe primero interconectar todos los pueblos.

“En el Perú hay muchos caseríos o pueblitos que no son conocidos. En la selva, por ejemplo, para poder vender sus productos deben ir a la ciudad más cercana caminando cerca de ocho horas. Si hubiera una ruta donde puedan exportar sus productos el tiempo que demoraría seria menor y por tanto sus costos serían más competitivos”, dijo.

A su turno, Alejandro Toledo anunció que de salir electo restituirá el Consejo Nacional de Descentralización. Precisó que este proceso es largo, y no está libre de errores, por esto, es vital la reforma del estado, que permita e incentive la exportación de nuestros recursos, pero no como materia bruta como viene sucediendo ahora, sino transformada para que tenga un mayor valor, puesto que con ello se estará creando fuentes de trabajo para millones de peruanos. De igual modo, afirmó que este proceso debe iniciarse con la educación.


Una gestión como aval

Según el periodista argentino, Luís Castañeda puede mostrar una gestión de ocho años al frente de la alcaldía limeña considerada positiva en materia de obras y mejoramiento del espacio público, pero deficiente en aspectos claves para la ciudadanía, como el de la seguridad.

Para Vales al ex alcalde también lo alcanzan varias denuncias de corrupción y acusaciones de “estar siempre cerca del APRA”, el partido de Alan García que acaba de quedarse sin candidata por la renuncia de la ex ministra de Economía, Mercedes Aráoz.

Si bien este abogado de 66 años comenzó liderando en septiembre los sondeos, se ha ido desinflando. Muchos opinan que su experiencia al frente de la alcaldía limeña lo convierte en un aspirante mejor parado que Keiko. El politólogo Javier Monroy dice: “Veo a Castañeda definiendo la segunda vuelta con Toledo”, ayudado por su perfil de ser un político no tradicional. Así, entre nostalgias y pocas propuestas, sin predominios claros y con un buen tiempo aún por delante hasta el 10 de abril, la campaña avanza con una sola certeza: el único apellido que no se discute es el de Vargas Llosa, aunque esta vez él no es candidato.

Muchos golpes pocas propuestas

El periodista argentino, ganador en el 2007 del premio María Moors Cabot, José Vales, hace un interesante análisis sobre el desarrollo de la campaña electoral del Perú. A su juicio, la contienda avanza con muchas puyas y pocas propuestas

Vales que también es corresponsal para Sudamérica del diario El Universal de México dijo que si hay un hombre en Perú con la popularidad y el reconocimiento de la mayoría, ése es Mario Vargas Llosa. Sin embargo, el genial escritor y frustrado político no es en esta oportunidad candidato a la presidencia en las elecciones del próximo 10 de abril.

En cambio, la terna de candidatos a las elecciones presidenciales de Perú está llena de nombres y apellidos polémicos algunos que recuerdan el pasado, listos para reeditar viejas pujas políticas o para intentar nuevamente administrar los excelentes números macroeconómicos del país. Pero ninguno de los candidatos cuenta, hasta el momento, con el consenso suficiente para ganar en la primera vuelta electoral.

En el Perú para ganar en primera vuelta se debe contar con el 50 por ciento más uno de los votos válidos. De lo contrario los dos primeros pasan a una segunda vuelta.

El ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006); Keiko Fujimori, hija del ex mandatario Alberto Fujimori (1990-2000), encarcelado actualmente, y el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio (2003-2010), conforman el pelotón que lidera la carrera para elegir a los dos que pelearán por el máximo puesto en una segunda vuelta.

Por ahora, la campaña brilla por una mediocridad pasmosa y la ausencia de propuestas políticas para un electorado que parece sumido en una suerte de nostalgia política.

Perú vive estos días una etapa proselitista donde 40% de los peruanos que sobrevive en condiciones de pobreza vuelve a hacerse la pregunta de hace cinco años: ¿Cómo y cuándo tendrá lugar la distribución del excedente de 10 años de crecimiento económico?

Sin debate de fondo al respecto-se habla que esta se realizara en marzo-, y con equipos de campaña que pueblan las jornadas con denuncias cruzadas (un clásico electoral en Perú), los tres que aspiran a llegar a la final avanzan motivados por diferentes situaciones a la hora de pugnar por el poder, aunque ninguno ha despertado temores entre agentes del mercado por la suerte que podría correr un modelo económico elogiado internacionalmente.

Recuerdos de recuperación

El aire de nostalgia política que se respira en la campaña peruana empieza con Toledo. Después de un gobierno que por momentos se pareció mucho a un vía crucis, este economista de 64 años logró concluir su mandato con una imagen positiva y dejando buenos recuerdos de recuperación institucional y estabilidad económica.

Según el periodista argentino, regresar nuevamente a Palacio de Pizarro es un viejo proyecto acuñado por el ex mandatario que lo llevó durante el final de su anterior gestión, a confesar: “Me voy a Estados Unidos, donde tengo compromisos académicos, pero dentro de cinco años nos volvemos a ver aquí”.

Después de una temporada en la Universidad de Stanford (donde se graduó de economista), “El Cholo” sigue hoy más convencido de que durante su gestión presidencial se consolidó el modelo económico que, excepto en 2009, durante la crisis internacional, cuando el PIB creció apenas un 0.9%, le permitió a Perú crecer a un promedio de 6%.

“Hemos llenado el vaso pero me faltó tiempo para que el vaso derramara”, suele repetir el ex mandatario, quien asegura estar convencido de lograrlo, a partir del próximo 28 de julio, si llega a iniciar una segunda versión de su gobierno. Por ahora, las encuestas dejan abierta esa posibilidad.

Para el analista Augusto Álvarez Rodrich, Toledo se ve favorecido por los ataques constantes del presidente Alan García, quien sin candidato de partido aspira a convertirse, al igual que en 1990, cuando fue clave a favor de Fujimori, en el gran árbitro electoral.

“Cada vez que el presidente García lo menciona, Toledo sube en las encuestas”, afirma Álvarez Rodrich.

Además de la estabilidad económica de su anterior gobierno, a Toledo le favorece la posición que ha mantenido en esta campaña, circunstancia que lo convierte en “un candidato fuerte”, en opinión del politólogo de la Universidad Católica, David Sulmont.

“No es de centroizquierda, pero se ubica a la izquierda de Keiko y de Castañeda y muy lejos del radicalismo de Ollanta Humala”, acota Sulmont.

Una muestra de esto puede ser la forma en que desde su partido, Perú Posible, se introdujo el debate del matrimonio gay, lo que despertó reacciones en todos los sectores de la Iglesia y encontró al resto de los partidos sin respuestas contundentes a la hora del debate.

Añoranza con raíz japonesa

El hecho que el chorreo económico no haya llegado aún a los estratos más pobres, tal como lo señala el Banco Mundial, ha motivado que los estratos más bajos de la población aún sientan nostalgia por el apellido Fujimori y por la “paz ciudadana” que vivió el país tras el exterminio de la subversión y un impulso a las obras de infraestructura en zonas rurales, en la década de los 90.

A los 35 años, Keiko, ex primera dama y congresista, pero por sobre todo hija del Chino Fujimori, parece dispuesta a hacer todo lo posible para cumplir con el mandato familiar de recuperar el poder y, de paso, la libertad del “gran samurái de la corrupción política”, Alberto Fujimori, quien cumple actualmente una larga condena. Por lo pronto, desde su celda, el ex presidente impuso el nombre de su enfermera privada, la curvilínea Gina Pacheco, en la lista de candidatos a congresistas que encabeza su hijo Kenji Fujimori.

“Esa decisión enfureció a Keiko, pero ella obedece órdenes del padre”, explican en su equipo de asesores. Con 22% de intención de voto, según la firma Apoyo, la hija del polémico ex mandatario retiene el voto duro del fujimorismo, aunque para el analista Fernando Tuesta, “ése es un piso electoral alto. Ella despierta una sólida resistencia” entre esos grandes sectores del electorado peruano para los que el apellido Fujimori no es más que un sinónimo de “dictadura” y “corrupción”.

Por esta circunstancia, Keiko podría terminar peleando, en las próximas semanas, voto a voto con Castañeda, el segundo lugar.