Chile: Los 33 de Atacama

El cinco de agosto último se recordó el segundo año del accidente que sepultó a 33 mineros que pasaron 69 días atrapados en las profundidades de un yacimiento en el desierto de Chile. Hoy, este grupo busca explotar su historia que les permita contar con mayores recursos. 

Con experiencias disímiles en lo económico desde que el 13 de octubre de 2010 volvieron a ver la luz tras su largo encierro a 700 metros de profundidad, los trabajadores se unieron en la empresa Propiedad Intelectual Minera (P.I.M.) y patentaron la frase “Los 33 del milagro”.

Con ella como marca representativa, iniciarán a futuro la venta de artículos, camisetas y medallas que sirvan como recuerdos para turistas, y que a la vez generen ganancias para el grupo.

Luis Urzúa, jefe de la cuadrilla que estuvo atrapada y actual vocero de los 33, confirmó a BBC Mundo que venderán estos souvenirs en tiendas de artesanía y aeropuertos, pero aclaró que es recién una idea en desarrollo.

“No tenemos nada concreto y cuando ya tengamos los productos listos vamos a avisar para tener un lanzamiento oficial como se suele hacer”, explicó, agregando que él habría preferido mantener esta iniciativa que se difundió en la prensa internacional en secreto mientras no estuviera el negocio cerrado. 

El primer emprendimiento grupal

Aunque tras el exitoso rescate hubo meses de fama y exposición pública, homenajes y viajes por distintas partes del globo, con el paso del tiempo las experiencias fueron disímiles y no se logró consolidar una unión para seguir adelante como colectivo.

Esto se debió en gran parte, explican, a que cuando quisieron llevar adelante iniciativas comerciales se encontraron con que las frases que más caracterizaban al épico rescate como “Los 33 de Atacama” u “Operación San Lorenzo” habían sido inscritas por terceros.

Ahora los mineros avanzan decididamente en este proyecto y esperan ver su historia plasmada en figuras de acción y otros recuerdos para viajeros, y con ello buscan un doble objetivo según señaló a la prensa Mario Sepúlveda, el más mediático de los 33.

“Nos permite estar bien unidos como grupo, además nos generará tener algunos ingresos extras y ayudar a algunos de nuestros compañeros a los que no les ha ido tan bien”, comentó.

Rápidamente, tras el feliz final del encierro surgieron ideas para plasmar la historia en una película, y así se grabó el filme hispano-colombiano “Los 33 de Atacama”, mientras que otros dos proyectos cinematográficos están en etapa de producción y búsqueda de fondos.

Pero se espera que en octubre comience a filmarse la película “oficial y autorizada” sobre el trabajador boliviano y los 32 chilenos encerrados en la mina. Se trata de una superproducción con unos US$90 millones de presupuesto que cuenta con el visto bueno de los mineros, quienes incluso aportarán directamente con su experiencia.

“La última información que hay es que la producción está bastante avanzada para que nosotros participemos de alguna etapa de la filmación, yo creo más bien entregando información o como extras, tratando de que el sentido de la historia tenga cierto respaldo con la realidad”, destacó Juan Illanes.

Reencuentro

Varios de los mineros siguieron el camino de las charlas y conferencias y con ello salieron adelante tras recibir el alta médica, mientras que otros optaron por manejar un taxi colectivo, vender frutas y verduras o volver a la actividad bajo tierra.

El domingo 5 de agosto se cumplió dos años desde el accidente en el yacimiento ubicado a unos 800 kilómetros al norte de Santiago, y el ánimo de sus protagonistas es reunirse sin mayores aspavientos mientras esperan que su idea comercial fructifique.

“Ahora para el 5 cuando se conmemore la fecha del derrumbe vamos a asistir a la inauguración de una cruz en la mina San José y no vamos a hacer nada más”, adelantó Luis Urzúa, quien espera que cuando el 13 de octubre se cumplan los dos años del rescate las figuras y medallas ya estén en las calles y aeropuertos del país.

“La idea es poder participar en la ceremonia que desarrolla la intendencia y espero que estemos todos, o la mayoría”, expresó Illanes, quien remarcó que el proyecto de los souvenirs es “principalmente para conservar la unión y poder ser solidarios con el resto del grupo”.