Muchos ciudadanos de a pie transitan inseguros por las calles limeñas debido a la falta de seguridad que existe en nuestra capital. Debido a esto, el Ejecutivo solicitó facultades para legislar en materia de seguridad ciudadana.
El primer año del presidente Ollanta Humala transcurrió con altos y bajos, siendo los problemas sociales una de sus principales falencias. Sin embargo, también debemos resaltar lo poco que se ha hecho en cuanto a temas de seguridad ciudadana.
Según investigaciones realizadas por la PNP, la inseguridad en nuestra ciudad está creciendo cada vez con mayor celeridad, teniendo principal protagonismo la delincuencia juvenil en los barrios marginales de la ciudad.
Se conoce que los niveles de delincuencia, prostitución y consumo de drogas en la capital es cada vez más alarmante. Así, durante los meses de enero y febrero de este año el número de personas requisitoriadas ascendió a 2,536. En otras palabras, hubo un incremento del 121% en relación al año pasado. ¡Un dato muy alarmante!
En esa misma dirección, la PNP informó que también incrementó el número de personas detenidas en un 98%. Es decir, alcanzaron la suma de 5,467, evidenciando el progreso de la delincuencia en nuestra capital.
También se registraron grandes cantidades de armas de fuego que fueron incautadas en los meses mencionados, donde se logró confiscar 2,6 armas por día, alcanzando los 175 en ese intervalo de tiempo.
Es imperativo señalar la cantidad alarmante de las bandas que los efectivos de la Policía lograron desarticular, alcanzando éstas el número de 238. Si comparamos este resultado con el obtenido en enero y febrero del 2011, se podría decir que el nivel de bandas desarticuladas alcanzó un 68% más que el año pasado.
Se registró también un acecho constante a las principales calles de Lima por las pandillas delincuenciales y las bandas organizadas. Las cifras facilitadas por las diversas comisarías muestra con creces el problema: En los dos primeros meses del presente año se detuvo 7,752 pandillas, cantidad que se vio incrementada en un 68% en relación al año pasado.
Como no podía faltar, con respecto a las drogas, fueron decomisados más de 118 mil 301 “ketes” y 3 mil 411 “pacos” de marihuana en los meses de enero y febrero, cifras que se incrementaron en 117% y 98.5% respectivamente con respecto al 2011.
Y la prostitución, aunque no era un tema que preocupaba mucho en años anteriores, este año ha demostrado que su comercio sigue propagándose, ya que según las estadísticas presentadas, fueron intervenidas 7,082 meretrices en el mismo intervalo de tiempo indicado. Esto significaría un incremento del ¡342%! Lo que debería preocupar a las autoridades.
Por este motivo, el mandatario solicitó al Congreso la licencia para poder legislar en materias de seguridad ciudadana y lucha contra la delincuencia. “Solicitaremos facultades para legislar en materia de lucha contra la delincuencia, seguridad ciudadana y defensa nacional”, sostuvo el Presidente.
Exige reforma estructural
Según César Ortiz Anderson, Presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (APROSEC) y experto en temas de seguridad, para lograr cambios y mejoras en la seguridad de nuestro país es necesario realizar una reforma estructural en las instituciones que salvaguardan la paz de los pobladores y reforzar sus herramientas.
“Definitivamente, para mejorar la seguridad ciudadana, se tienen que hacer profundas reformas estructurales en las cuatros instituciones que tiene el Estado para la seguridad: La Policía, el Ministerio Público y el Poder Judicial – que pertenecen a la Justicia - ; y por último, el Sistema Penitenciario”, comienza diciéndonos Ortiz.
Para el experto, lo que tienen que entender los políticos es que si no hay reformas estructurales que puedan limpiar a dichas instituciones de la parte negativa como es la corrupción, ineficacia y ese tipo de cosas, no se puede hacer mucho.
“El ejemplo que yo pongo siempre es Colombia. En dicho país, la Policía – luego de una reestructuración que demoró seis años y que le costó sacar a más de 14 mil malos efectivos -, hoy es una de las mejores de Latinoamérica”, sostiene el presidente de APROSEC.
Ortiz señala que en una reforma estructural profunda se tiene que evaluar los legajos (expedientes) de las instituciones comprometidas. Comprobar si han cometido delitos y, de haberlos, comprobar por qué siguen en la institución. Ver lo que está pasando dentro de la misma Policía.
Y luego de realizar dicha reforma, dice, lo que se debe hacer es reforzar el entrenamiento, equipamiento, entre otros requerimientos que necesita una institución como las fuerzas del orden, para que puedan trabajar eficazmente. Pero no se puede hacer al revés, es decir, repotenciar a una Policía que tiene entre sus filas a gente corrupta. “Primero se limpia y luego se repotencia”, recalca.
Sobre el uso de la tecnología para combatir la delincuencia, Ortiz dice que equipar Lima es beneficioso, siempre y cuando ésta medida tenga respuestas rápidas.
. “Aquí en la capital hay un montón de cámaras que están averiadas. Hay muchos distritos donde no funcionan o carecen de ellas. Entonces, lo que se debe hacer es un análisis de riesgo para determinar en qué distritos deben primar las cámaras para que se haga la inversión del caso. Hoy en día los gobiernos regionales tienen dinero, no es un problema de plata, sino de profesionalismo en las personas que están manejando este problema”, señala el experto.
En el mejor de los casos, dice Ortiz, estamos hablando que, de hacerse la reforma que planteo, el Perú podría salir adelante en seis años en cuanto a seguridad ciudadana. En el corto plazo va a ser imposible.
La pelota ahora está en la cancha del Ejecutivo. La ciudadanía en general espera que las reformas que se tomen sean efectivas, ya que la vida de una persona no tiene precio.
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