La decana del Colegio Regional de Obstetras, doctora Elva Quiñones, asegura que la solución a tantos abortos en el país es la implantación de una educación sexual integral y una política pública de planificación familiar en todo el Perú.
“Esas personas que practican el aborto no son médicos, no son profesionales, sino en muchos de los casos se ha detectado que son personas con estudios técnicos en medicina o enfermería. Por lo que la salud pública está en juego,” asegura la doctora.
Asimismo, la decana nos indicó que las llamadas “regularizaciones menstruales” no tienen nada que ver con el aborto terapéutico.
“La diferencia consiste en que esos mal llamados médicos le ofrecen el aborto a cualquier persona que lo desee usando cualquier método, que generalmente están reñidos con la ley. Como se sabe, en nuestro país el aborto está penado. Pero si hablamos del aborto terapéutico, entonces la situación cambia”, señala la profesional.
Así, la decana nos explicó que el aborto terapéutico es un derecho contemplado en el Código Penal, en el artículo 119, donde se reconoce este ejercicio como una excepción a las normas.
“Es el aborto realizado por un médico con el consentimiento de la embarazada o su representante legal, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante, o disminuir un daño que puede ser grave o permanente. Y, evidentemente, un médico está en posición de establecer los daños”, indica la profesional.
“Debemos tener claro, además, que si no se practica el aborto terapéutico a tiempo, estamos violando los derechos fundamentales de la persona, ya que está en juego la vida y la salud de la gestante. El Estado no reconoce este derecho a las mujeres. Yo no soy abogada, pero sí soy obstetra, y siempre voy a estar de lado del derecho de las mujeres, sobre todo en estos casos, en los que está permitido por las normas”, afirma la especialista.
Según nos indica, en el Perú es necesario un protocolo que permita el aborto terapéutico a las mujeres y que, además, establezca el campo de acción del proveedor de salud, en este caso del médico, para proteger a las mujeres que lo solicita.
“Lo que el Estado debe hacer para disminuir los abortos es implementar una política de Estado y una educación sexual integral, para que las jovencitas puedan prevenir este tipo de situaciones. Educación sexual no es enseñarles a tener sexo, sino mostrarles los métodos necesarios para que puedan prevenir enfermedades y embarazos no deseados. Lamentablemente, nuestro país es muy hipócrita, porque mientras que la gente dice que los muchachos no deben ser despertados a tan temprana edad en su sexualidad, los bombardeamos con mensajes que los inducen al sexo. Esperemos que el Estado preste atención a las cifras que cada vez van en aumento”, concluye la decana.
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