Casi todos los días una mujer es golpeada e insultada por su pareja. Solo
en los 6 primeros meses del año, ya se registraron más de 16.000 víctimas.
“Si terminas conmigo, te mato”, “si no eres mía, no
serás de nadie, prefiero verte muerta”. Luego de decir estas palabras, Adriano
Pozo Arias, de 24 años, golpeó como quiso a su enamorada Cindy Arlette
Contreras en un hotel, en Ayacucho.
Parte de la cobarde agresión fue registrada por la
cámara de seguridad del local ubicada en la recepción, hacia donde Cindy corrió
la madrugada del domingo 12 de julio, mientras era perseguida por su iracundo
enamorado.
Gracias a la intervención de los serenos, esta
joven pudo vivir para contar su trágica historia.
Dos días después, algo parecido le aconteció a
Jessica Vargas, de 32 años, en Chimbote, quien por negarse a volver con Glen
Herrera, casi pierde la vida luego de ser atacada con un martillo por su
expareja.
Mientras la golpeaba, cuenta la mujer, Glen le
decía que prefería verla muerta que con otro hombre.
Al igual que Cindy y Jessica, miles de mujeres en
el Perú son agredidas por sus parejas y enamorados.
Solo en los seis primeros meses de este año, el
Ministerio de la Mujer a través del Centro de Emergencia Mujer ya atendió a
16.796 víctimas de violencia familiar, lo que hace suponer que el número de mujeres
violentadas físicamente este 2015 será superior al de los años anteriores.
Entre las principales causas de los golpes, están los
celos y la decisión de la víctima de separarse.
Con el fin de resguardar la vida de la mujer, hace tres años el Congreso aprobó la figura del feminicidio, sin embargo la
estadística señala que esta norma no logró persuadir al agresor; por el
contrario, aumentaron los casos de femenicidio y tentativa.
Estudiosos de este problema social señalan que ningún delito se
soluciona con solo recurrir al Derecho Penal, que se precisa afrontar el
proceso de manera integral, a partir de la adopción de acciones preventivas.
Una de esas acciones, señalan, es trabajar en la recuperación de las mujeres que conviven con sus agresores y
que constantemente están expuestas a los maltratos, y que según la Fiscalía
constituyen la mayoría de los casos que ellos atienden.
¿Por qué la mujer
tolera la agresión de su pareja?
El
psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia, director del Instituto Gestalt,
explica que la mujer puede vivir años con su agresor porque -sin darse cuenta-
está acostumbrada a un ciclo: primero él se muestra afectuoso y enamora a la
mujer; conforme pasa el tiempo va mostrando sus rasgos reales, entre ellos, la agresividad
y los insultos hasta llegar a golpearla. Después de agredirla, él va pedirle
perdón y llenarla de atenciones hasta que lo perdone.
Después
del perdón, agrega, vivirán una luna de
miel que según su experiencia puede durar entre dos semanas a dos meses. “Pasado
ese tiempo, volverá aflorar la personalidad agresiva del hombre, que en la
psicología se denomina el estado de la trampa, que significa que él la
controla, la observa hasta que ella hace algo que a él no le gusta para volver
a golpearla, y así sucesivamente. Nuevamente él le va jurar que no le pegará,
ella le creerá y se repetirá el ciclo. Es por eso que muchas
mujeres viven años con sus agresores. He conocido mujeres que han vivido
así, 10, 15, 20 años sufriendo golpes, esperanzadas en el cambio de su agresor”,
cuenta Saravia.
La
psicóloga Yolanda Menéndez Bolaños, del Centro de
Tratamiento y Apoyo Integral a la Mujer (CTAI), considera que la razón está en
la incapacidad de muchas mujeres para defenderse, el cual tiene su origen en la
“primera etapa de su desarrollo”, que es, donde la mujer forja su carácter.
“Las niñas que se crían en un contexto de violencia, crecen con esos temores de
incapacidad para defenderse. Es casi una cuestión de tiempo para que acaben
siendo maltratadas”, lamenta Menéndez.
¿Cómo escapar?
Saravia dice que las víctimas deben entrar en un
proceso en el que deben trabajar su autoestima y sus estabilidades sociales
para que puedan salir de la
violencia en la que viven. Y, obviamente, ese cambio –sostiene- no lo van a lograr con un consejo de un amigo
o familiar, no será de la noche a la mañana, sino progresivamente.
“Las víctimas deben aprender a valorarse
como mujeres, saber que nadie debe maltratarlas y que es tiempo de pensar en
sus propias necesidades”, afirma.
Si afrontas una relación de este tipo, el director del Instituto
Gestalt te recomienda buscar ayuda u orientación
psicológica para que retomes las riendas de tu vida.
Menéndez Bolaños refiere que hay que tomarse el
tiempo para conocer las características del chico, saber su personalidad, antes
de decidir ser su pareja.
Para no tener historias como la de Cindy y Jessica
hay que trabajar desde la infancia. Eso supone, en palabras de la psicóloga
Menéndez, criar a los hijos en un ambiente sano y tranquilo donde la madre y el
padre se respeten.
De lo contrario, asegura, los niños crecerán
pensando que ser víctima o agresor es algo normal, con el cual el círculo de violencia
continuará a través de las generaciones. (Redacción)
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