A medida que avanzamos el siglo XXI, encontrar modelos
de mujeres verdaderamente sabias es cada vez más difícil; lo usual, es hallar
todo lo contrario.
¿Cuál
es el límite entre el sentido común y la indiscreción? En todas partes podemos
encontrar personas que se entrometen en la vida de los demás. Esto puede
suceder en la escuela, el trabajo, e incluso en la familia. Sin pelos en la
lengua, hacen preguntas invasivas y se entrometen en lo que no se les llama.
Para
Núbia Siqueira, columnista del blog de la escritora y presentadora Cristiane Cardoso, uno de los
malos hábitos que muchas personas adquieren a lo largo de la vida es la
curiosidad excesiva. Según ella, el deseo de saber sobre los últimos
acontecimientos en la vida de los demás es algo desagradable y maleducado.
“Esto
no significa que usted debe aislarse o dejar de hablar con quién está a su
alrededor. Usted puede hablar con todo el mundo, sin la necesidad de hacer
preguntas personales o íntimas”, dice Siquiera.
Evitando esta
postura
Si
usted tiene el hábito de preguntar sobre asuntos sensibles a cualquier persona,
recuerde que no todo el mundo se siente cómodo respondiendo.
[…] Nadie está obligado
a responder. Por lo tanto, sepa decir no educadamente y amablemente.
Por
otra parte, para evitar la invasión, el primer paso debe venir de usted. Hay
mujeres que no saben guardar nada. No sea así. No se exponga sin medida o
comparta cada hora de su día en las redes sociales. Esto puede generar la
curiosidad y el derecho de algunos de cuestionar sus intimidades.
En
otras ocasiones, incluso con todo el cuidado y la discreción necesaria, los
curiosos de turno van a querer saber lo que pasa en su vida. Este es el momento
de tomar una actitud firme y decidida. La escritora brasileña dice que nadie
está obligado a responder; por tanto, agrega, sepa decir no educadamente y
amablemente. “Si alguien insiste, pregunte en seguida por el motivo de la
pregunta, diciendo: ¿por qué quieres saber? De hecho, la persona será
avergonzado y va a pensar dos veces antes de insistir en el tema”, sostiene la
escritora.
No
olvide que la bondad no es sinónimo de intimidad. Puede ser educado sin contar
lo que hizo la semana pasada. (C.M.)
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