Enfermedad que afecta a niños y adultos mayores, que en los últimos años ha aumentado en nuestro país.
El
80% de los suicidios en el Perú tuvo como origen la depresión, así lo revela un
estudio del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo
Noguchi.
Según
el doctor Martín Nizama Valladolid, de la clínica Angloamericana, las personas
que más están expuestas a la depresión son los jóvenes y ancianos.
En
los jóvenes, el diagnóstico se debe a la falta de amor, al abandono familiar, a
la exigencia académica, laboral, etc.
Luz
Argandoña Carhuatanta cuenta que en su caso ella se deprimió porque sus padres
se opusieron a su relación, debido a que el chico era alcohólico y no trabajaba.
“En ese entonces, yo tenía 16 años”, recuerda.
En
el caso de los adultos mayores, la depresión se presenta generalmente por el
deterioro de la salud, aunque también por el abandono familiar en el que se
encuentran.
La
depresión a diferencia de la tristeza es un estado de ánimo, transitorio o
permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y
culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar
de los acontecimientos de la vida cotidiana. Los trastornos depresivos pueden
estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad.
Según
el doctor Nizama Valladolid, existen diversos tipos de depresión: leve,
moderada, grave y severa.
Sobre
sus causas, sostiene que esta dolencia mental es multifactorial. Así tenemos la
muerte de un familiar, la pérdida del trabajo, el divorcio, contraer una
enfermedad, el embarazo, etc.
Hasta
hace poco, en el Perú por cada tres varones que se suicidaban una era mujer;
sin embargo, en los últimos 20 años cada vez hay más mujeres auto eliminándose
o intentándolo hacer.
Argandoña
Carhuatanta sostiene que en su caso pensó varias veces en suicidarse porque a causa
de su depresión se sentía sola, inútil, que nada de lo que hacía daba cierto, y
eso la entristecía más.
El
suicidio no es, como siempre se ha pensado, una reacción ante una circunstancia
adversa específica que vive una persona, sino el desenlace fatal de un proceso
que en la práctica es también una enfermedad. “Algunas personas nacen con la disposición genética
para ser depresivas y
otros nacen más resistentes, pero si en la infancia estas personas vulnerables
sufren de abandono, descuido, tendrán mayor predisposición a desarrollar una
depresión mucho más severa”, explica el especialista.
Si
Luz Argandoña no terminó suicidándose como muchos jóvenes fue porque tuvo el
soporte de la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, donde aprendió a vencer
al mal.
La
depresión muchas veces te lleva al consumo del alcohol y las drogas, así como
la aparición de males físicos de salud.
Luz
recuerda que durante el tiempo que estuvo deprimida sufrió de ansiedad,
insomnio, dolores de cabeza, etc.
La
depresión es una enfermedad, por lo tanto puede ser tratado y curado, pero lo
ideal es prevenirla, y para ello la familia como fuente de amor juega un rol
importante, explica el doctor Humberto Castillo Martell, psiquiatra del
hospital Noguchi.
“La
familia no solo debe preocuparse en saber las notas de sus hijos, con quienes
ellos salen, etc.
También deben preocuparse de sus emociones, si están tristes,
alegres, coléricos”, afirma el psiquiatra. (Redacción)
SUICIDIO
Según
el estudio del instituto Hideyo Noguchi, de cada 20 personas mayores de 15
años, una se deprime. De cada 20 personas con episodios de depresión, una
intenta suicidarse; y de cada 20 intentos de suicidio, uno llega a consumirse.
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