La competencia desleal de las prendas chinas y una errada visión de negocio, están llevando a cientos de comerciante a la ruina.
Diógenes
Alva es dirigente de Gamarra, lleva más de 45 años en el lugar. Todavía
recuerda aquellas épocas en las que solo habían tres pequeñas tiendas, pues en
esas cuadras de La Victoria prevalecía la prostitución y la delincuencia. Con
los años, la situación mejoró y la zona fue denominada el gran
“Emporio
Comercial de Gamarra”.
Gracias
al empuje de sus trabajadores, Gamarra se convirtió en el principal punto de
venta de ropa en nuestro país, que años después, comenzaría a exportar a
Latinoamérica.
Sin
embargo, con la apertura de nuestro mercado al mundo, hoy Gamarra vive su hora
más difícil de su historia.
Según
la Sociedad Nacional de Industrias (SIN), 1.855 importadores (96% del total) habrían
traído 111.161, 339 prendas subvaluadas “made
in China”, durante el 2015.
“Se
ha cambiado la confección por la importación”, afirma Víctor Oyola, gerente de
Confecciones de la SIN. El especialista agrega que los indicadores que están
utilizando en Aduanas para detectar el ingreso de prendas al mercado, deben
replantearse porque no funcionan. “Nosotros estamos haciendo una propuesta para
implementar otros indicadores que hagan evidente que se están ingresando
prendas subvaluadas”, enfatiza Oyola.
Desde
la SNI han identificado que 264 importadores declaran valores menores a
US$5.07/kg, monto menor al valor declarado por Kg de la tela sintética
importada de similar origen, lo cual quiere decir que no se está considerando
el proceso de transformación de la tela a prenda terminada, pues el costo es
cero. Dichas empresas atienden mayoritariamente al mercado informal
ubicado en Mesa Redonda, la avenida Grau y en los jirones Ayacucho, Montevideo
y Andahuaylas. Alfredo Sotelo y Américo Chávez, comerciantes de Gamarra,
señalan que -por las noches- grandes camiones llegan a dichas zonas, donde
comerciantes informales acuden para comprar la ropa y luego revenderla en
Gamarra.
“Ahí
está la responsabilidad del Estado, son ellos los que, mediante Aduanas o
Sunat, deben controlar el precio que los importadores están facturando. Esos
organismos del Estado no están cumpliendo su rol”, cuestiona Chávez.
Otro factor
Si
bien uno de los factores de la caída de las ventas de Gamarra es la competencia
desleal entre productos nacionales y de importación, también es cierto que los
mismos comerciantes han tenido una errada visión de negocio, pues el consumidor
de hoy en día ya no solo busca precio, sino que también pide comodidad,
limpieza y seguridad. Factores que también han generado que las ventas de
Gamarra disminuyan drásticamente.
Víctor
Oyola señala que de los 5.500 talleres de confección que había durante el 2013,
solo quedan 4.500. “Si no se toman medidas en el corto plazo, Gamarra va a ser
una zona netamente de comerciantes, no de confeccionistas”, dice.
El
empresario Américo Chávez reconoce a dos tipos de importadores: personas que
traen prenda subvaluadas de baja calidad y tiendas por departamento que traen
ropa a precios bajos. No obstante, reconoce que los factores anteriormente
mencionados (poca seguridad, escasa limpieza y desorden) contribuyen a la caída
de Gamarra: “Todo eso quita la ventaja que podría tener Gamarra porque aquí hay
un gran potencial que puede ser explotado”, expresa. (Gran Angular)
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