Para cuidar su
cuerpo, no precisa privarse de las cosas.
Quien
sube a la balanza y no le gusta lo que ve, promete cambiar y llevar una vida
más saludable a partir de ese momento. La promesa incluye “comer bien”, dejar
de atacar la heladera y olvidarse de las hamburguesas con papas fritas. En la
lista aparecen también las caminatas semanales, pero las promesas no duran
mucho tiempo. Y eso tiene un motivo.
Según
Oscar Roy Miranda, gerente general de Nutricionistas en Acción, eso se debe a
los malos hábitos aprendidos desde pequeño, que lleva a las personas a querer
lo fácil, es decir, a preferir las llamadas comidas rápidas y un confortable
sofá, en vez de optar por los cereales, legumbres, frutas, y a darse una vuelta
en el parque.
Esa
relación de amor y odio con los alimentos puede empeorar, porque una buena
parte de las mujeres todavía se lanza a las dietas milagrosas que prometen
dejarlas en forma.
Cambie de rumbo
No
es correcto convivir con la idea de que los alimentos saludables son aburridos
o que el ejercicio físico es una obligación.
Es
necesario entender que la comida no es una recompensa o castigo. La práctica de
la actividad física tampoco debe encararse como un drama.
Alimentarse
saludablemente y hacer ejercicios trae muchos beneficios, que no solo se
refiere al ámbito de la salud, sino también a lo económico.
“Cuando
las mujeres tienen una buena alimentación, su rendimiento laboral y académico se
incrementa. Y no solo eso, al mejorar su bienestar evita sufrir enfermedades,
que no solo afectaran su calidad de vida, sino también su bolsillo, ya que
deberá gastar dinero para curarse”, asegura Roy Miranda.
Tener
buena salud, no solo requiere una buena alimentación, se precisa además de los
ejercicios.
Según
Oscar Roy Miranda, la actividad física es importante porque genera un balance
entre lo que comemos y gastamos como energía, evitando la acumulación de grasa,
que genera entre otras cosas, problemas cardiacos.
Agrega
que el consumo de verduras, menestras, frutas, agua, es decir, tener una
alimentación sana, no significa que de vez en cuando podamos darnos un
“gustito”. Lo importante, es tener equilibrio, dice el nutricionista.
(Redacción)
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