BBC.- Los niños que experimentan el divorcio de sus padres tienen dos veces más probabilidades de sufrir un derrame cerebral en algún momento de su vida adulta, afirma una investigación. Una posible causa podría ser el impacto del estrés del divorcio en los niños.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Toronto, Canadá, se basó en los registros de una encuesta de salud comunitaria en Canadá con 13.000 personas.
Los científicos descubrieron que entre los participantes, el 10% había experimentado el divorcio de sus padres durante la infancia y entre éstos, casi el 2% habían sido diagnosticados con un derrame en algún punto de su vida.
Los investigadores, sin embargo, no saben cuál es la causa de esta asociación.
Se sabe que el divorcio es una experiencia traumática para todos los involucrados y estudios en el pasado han mostrado los posibles riesgos de los niños de padres divorciados de sufrir estrés u otros trastornos de salud mental a largo plazo.
Pero hasta ahora no se había encontrado un vínculo directo con una enfermedad cardiovascular como el derrame cerebral, muchas décadas después del evento.
Tal como explicó a la BBC la profesora Esme Fuller-Thomson, quien dirigió la investigación, realmente les sorprendió encontrar estos resultados.
"Encontramos que los adultos que habían experimentado el divorcio de sus padres antes de que cumplieran 18 años mostraron el doble de riesgo de sufrir un derrame cerebral" explica la investigadora.
"Inicialmente pensé que esta asociación podía explicarse por las conductas de riesgo de los participantes, porque en el pasado se ha mostrado que los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de fumar o beber alcohol, que sabemos están asociados al riesgo de derrame".
Los investigadores ajustaron las estadísticas del estudio para tomar en cuenta el impacto de las conductas de riesgo de los participantes, como fumar, beber alcohol, falta de ejercicio y obesidad.
"Y aún así, tomando en cuenta estos factores de riesgo, nos quedamos sumamente sorprendidos de que la asociación entre divorcio y derrame cerebral siguiera siendo significativamente elevada", agrega la investigadora.
Factores de riesgo
Los resultados mostraron que entre los 13.134 participantes, 10,4% habían experimentado el divorcio de sus padres siendo niños y 1.9% informó que habían sido diagnosticados con un derrame en algún momento de su vida.
Tal como explica la profesora Fuller-Thomson, el análisis inicial tomó en cuenta la edad, raza y género de los participantes y encontró un riesgo 2,2 veces más alto de sufrir un derrame entre los hijos de divorciados.
Como no se encontró la posible causa de este vínculo con las cuatro conductas de riesgo, los científicos decidieron seguir investigando y volvieron a llevar a cabo un análisis de los datos tomando en cuenta otros factores, incluidos el estatus socioeconómico, la salud mental y las experiencias adversas de los niños.
"Pensamos que la asociación quizás estaba relacionada al impacto que tiene un divorcio en las experiencias de la infancia, como el nivel de educación, porque a veces los niños que atraviesan un divorcio deben dejar de estudiar antes" explica la investigadora.
"Así que investigamos el impacto del nivel educativo y el ingreso que alcanzaron siendo adultos. Y esto tampoco explicó el riesgo de derrame cerebral", agrega.
"El tercer análisis que llevaremos a cabo fue para investigar si la experiencia del divorcio tuvo un impacto en el riesgo de depresión".
"Los niños de padres divorciados son ligeramente más vulnerables a la depresión y ésta ha sido asociada a los problemas cardiovasculares. Pero esto tampoco pudo explicar el riesgo de estos individuos al derrame cerebral".
Los científicos siguieron investigando el impacto de 16 factores de riesgo, incluido el abuso infantil, el desempleo de los padres. Pero hasta ahora, como señala la profesora Fuller-Thomson, no se ha podido encontrar la causa entre el vínculo de divorcio de los padres y derrame cerebral.
Según la investigadora, se tienen algunas hipótesis, como el impacto de la pobreza en la infancia y la posibilidad de que el estrés sufrido en la infancia tenga algún efecto en la forma como se experimenta el estrés en la vida adulta.
La investigadora subraya, sin embargo, que este estudio es muy preliminar y hace falta confirmar los resultados para poder establecer una conclusión.
Además, agrega, todos los participantes habían nacido en Canadá entre los 1940 y los 1950. Una época, subraya la investigadora, donde el divorcio se sufría de una forma mucho más traumática que hoy en día.
Los resultados fueron presentados durante la conferencia anual de Sociedad Gerontológica de Estados Unidos.
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