“¿Cómo armonizar la necesidad de agua con la explotación de minerales? Habrá circunstancias en las que se tendrá que elegir por un recurso y no se podrá compatibilizar”, asegura Llerena.
La preocupación surge por la minería a gran escala y la informal debido a los niveles de contaminación de los ríos. También por otras fuentes nocivas aportadas por los fertilizantes de la actividad agrícola.
Como parte de la solución, los expertos recomiendan la realización de estudios de hidrología e invertir en instituciones clave como unidades de glaciología, que en el caso del Perú, por ejemplo, dependen de la Autoridad Nacional del Agua del Ministerio de Agricultura, que usualmente operan con pocos recursos y personal, asegura Recharte.
Pero quizás la apuesta mayor debe ser por la adaptación ante un proceso irreversible. Ferradas resalta que en ese camino hay que rescatar los saberes de las comunidades para el almacenamiento de agua, como la construcción de lagunas artificiales.
Llerena asegura que está en marcha una transformación global en que el aspecto climático es un solo componente, al que se suman cambios en el uso de la tierra por la deforestación, en la composición atmosférica y por la pérdida de la biodiversidad. “Son procesos paralelos y que se complican uno al otro”, enfatiza.
Escribe: Milagros Salazar
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