La navidad, una fecha tan especial, nació como una fiesta espiritual que lamentablemente ha adquirido un fuerte sentido comercial como consecuencia de la publicidad y que hoy es muy bien aprovechado por negociantes y mercaderes para incrementar sus ventas hasta un 80 por ciento
Llegó la navidad, una fecha esperada por propios y extraños que lamentablemente con el correr de los años ha ido perdiendo su esencia para convertirse en una fiesta mercantilista.
Si hasta hace algunas décadas la navidad nos hacía conmemorar el prodigio increíble del nacimiento del Hijo unigénito de Dios que vino al mundo para enseñarnos el camino del amor, de la justicia y de la paz, razón por el cual en épocas pasadas por esta fecha se establecían treguas en las guerras y se incrementaba la ayuda a los pobres y se visitaba a los enfermos, hoy en día se ha convertido por culpa de la publicidad en una festividad donde sino hay regalos no es navidad.
En aras del principal objetivo del mercantilismo, es decir, alcanzar mayores ventas, se vienen utilizando todos los métodos posibles para sacar el máximo provecho de la navidad. Los medios de comunicación – incluida últimamente la electrónica - la promueven, y el público sencillamente compra. En efecto, basta salir a la calle para ver en las vitrinas una infinidad de ofertones, puestos ahí al alcance de nuestras manos. Si no tenemos dinero, poco importa, para eso están las tarjetas de créditos. Lleve ahora y pague después, reza la propaganda. Incluso, la primera cuota la podremos pagar recién el próximo mes de abril. Con tanta facilidad resulta difícil no adquirir algo.
Los medios de comunicación
Para el publicista de MK Erickson, José Núñez, el consumidor peruano para estas fechas se alimenta de todos los medios de comunicación posibles para orientar su compra para tal o cual producto. “En nuestro país se está haciendo costumbre adquirir un objeto, ya sea para uno o para una tercera persona, y esto esta siendo bien canalizado por las agencias de publicidad quienes aprovechan el hábito de consumo del peruano para bombardear de mensajes subliminales que casi en un 70% terminan en una compra”, señala.
Núñez revela que además de estas herramientas de comunicación masiva, hoy en día el internet y las redes sociales también juegan un papel muy importante si se quiere comunicar lo que se está ofreciendo. “Tanto el Twitter como el Facebook, los Blocks como los paneles publicitarios están siendo utilizados como manera alternativa de promoción de productos para estas fiestas navideñas”, asegura.
El peruano esta cada vez mas sociabilizado con la publicidad, es simple hoy en día para las empresas, si no anuncia simplemente no vende. Es por eso que la influencia de los comerciales en la decisión de compra de la persona ha dado un giro total esta última década, en donde las agencias de publicidad están incluyendo psicólogos y hasta sociólogos quienes están aportando desde su campo a la elaboración de estrategias publicitarias cada vez mas intensas y con mas y mejor llegada que décadas pasadas.
Hace poco una tienda céntrica de Lima, especializada en ropa interior, apareció en un noticiario de televisión por haber expuesto en el escaparate un árbol de Navidad decorado solo con ropa interior. El espíritu navideño era palpable; sin embargo, el ambiente de recibir a Cristo no estaba presente.
Centros comerciales
Muchos especialistas coinciden que en el Perú se perdió el espíritu navideño cuando comenzaron a aparecer los famosos centros comerciales allá por la década de los ochenta. “Monterrey”, Scala Gigante”, “Oeschle”, y otros, se hicieron conocidos por acaparar las ventas de productos por departamento, es en esos momentos en que se comenzó a utilizar la publicicidad como instrumento de compra. Desde esas épocas hasta nuestros días este concepto ha ido creciendo apoyado por una industria que crece de una manera sostenida. Sin embargo el boom de los centros comerciales tuvo una breve caída con la aparición del terrorismo a mediados de la década de los 80 y que trajo consigo que algunas no pudieran sobreponerse. Tuvieron que pasar más de cinco años para que volviera a resurgir este sistema comercial.
Mayores ventas
Para nadie es un secreto que si una compañía no aprovecha la coyuntura de la navidad y el año nuevo para aumentar sus ventas estaría condenada a sufrir grandes pérdidas económicas. De ahí las millonarias publicidades que realizan por estas fechas.
Según la Cámara de Comercio de Lima, todos los centros comerciales, principalmente aquellas que ofrecen artefactos electrodomésticos, elevan sus ventas durante el último mes del año de manera considerable. “Diciembre para muchos que han tenido un año regular y hasta malo es la gran oportunidad para cerrar las cuentas en azul”, sostiene Carlos Díaz, administrador de Electra.
El optimismo de Díaz no es para nada irreal. Por ejemplo, la trasnacional chilena Ripley concentra el 17 por ciento de las ventas anuales que realiza en el país solo en el mes de diciembre. Por su parte, tiendas dedicadas a la venta de electrodomésticos elevan sus ventas hasta un 33 por ciento. Le siguen el rubro de juguetes, ropa, vinos y artículos navideños, con un crecimiento de hasta 20 por ciento por dicha temporada. Y si hablamos de los bienes llamados productos tradicionales como el panetón, chocolate de taza y el infaltable pavo, las ventas sobrepasan el 80 por ciento.
Escribe: Christian Briceño Rivadeneyra
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