No importa que estés bien arreglada si tu piel luce horrible, así es que lee cuidadosamente cuáles son los enemigos de una piel sana y evítalos para lucir radiante.
Falta de humedad
Nuestra piel necesita humectarse. El clima y tu tipo de piel influyen mucho en el grado de humectación que esta necesita. Por ejemplo, una piel grasa en un clima cálido, quizá no requiera de tanta humectación, mientras que si está en un clima frío y seco, la necesita en muchísima más medida. Para que tu piel esté bien hidratada, necesitas hacer dos cosas: la primera, beber agua natural (no refrescos, ni gaseosas), y la segunda, utilizar una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel.
Los rayos del sol
Los rayos solares es uno de los factores que causan más daño a la piel. Por ello es importante que utilices protector solar diariamente. Te sugerimos usar cremas humectantes que lo contengan. Esto hará que con el pasar de los años puedas tener una piel sin tantas arrugas y manchas. Quizá esto no te quite el sueño hoy, pero si no te cuidas, sí te lo quitará mañana. Recuerda: no debes esperar a ir a la playa para utilizar protección, úsala diariamente y refuerza el procedimiento con un tipo de protección mayor cuando te expongas al sol en exceso.
Falta de limpieza
Toda la piel de tu cuerpo necesita limpieza, en especial la de tu rostro, ya que está en contacto directo con el polvo y la contaminación. Si mantienes la piel de tu cara limpia, evitarás los puntos negros. Además de que se ven mal, si permanecen mucho tiempo en tu rostro, harán que tus poros se abran, aumentando su tamaño. Por ello, debes lavar tu cara diariamente, por la mañana y antes de acostarte. Por supuesto, debes evitar a toda costa dormir con el maquillaje puesto. Recurre a los productos específicos para la limpieza de acuerdo con tu tipo de piel, y no te exprimas los barritos y espinillas, ya que lo único que lograrás es dañarte la piel y dejarte marcas.
El cigarro
El cigarro daña de muchas maneras tu salud (daña tu corazón, tu sistema respiratorio, tus dientes, etc.) y también malogra la piel de tu rostro, causa que te salgan arrugas antes de tiempo y que tu piel luzca marchita. Si no fumas, pero estás cerca de alguien que lo hace, tu piel también sufrirá las consecuencias.
Mala alimentación
Lo que comes se refleja en todo tu cuerpo: en la calidad de tus uñas y de tu cabello, en lo delgada o gordita que estés, y también en tu piel. Por ejemplo, tu cuerpo necesita grasas que puedes obtener de alimentos como el pescado o la linaza. Si no ingieres grasa suficiente, tu piel se puede ver seca, y si le faltan nutrientes puede perder color y verse marchita. Por ello, debes comer equilibradamente y evitar los alimentos chatarra.
No es difícil. Con hacer pequeñas cosas positivas en tu vida diaria, podrás tener un rostro limpio y sano, y la consecuencia será que te verás mucho más linda.
Consejos para la salud de tu cuerpo en verano
El verano es la estación cuya llegada muchos anhelan durante todo el año. Las vacaciones, la playa, la piscina, las noches inolvidables… Todo eso hace que los meses de verano sean tan deseados. Pero no todo es bueno en verano, por supuesto, y hay que tener ciertos cuidados con algunos peligros para la salud, sobre todo la de la piel, que aparecen en estos meses de calor.
La henna, los hongos, la radiación solar, y más
En primer lugar, el Ministerio de Salud ya alertó hace dos años de los peligros de los tatuajes de henna, tan comunes en verano por ser estos meses tan propicios a enseñar más la piel. Esta sustancia, si es natural, no supone ningún riesgo para la piel, pero sí puede ser un problema si no es natural, ya que la mayoría llevan sustancias del grupo de la parafenilendiamina, que pueden producir “manchas, decoloración permanente de la piel y cicatrices en la zona decorada”.
Otro peligro por el que se hace imprescindible protegerse la piel son las radiaciones solares. Los rayos ultravioletas que emite el Sol, tanto los UVA como los UVB, son muy dañinos para la piel. Por ello hay que protegerse con cremas solares, camiseta y gorra o sombrero. También hay que evitar exponerse a estos rayos en las horas centrales del día. Las cremas solares suelen ser, además, hidratantes. Sin embargo, no deben usarse como sustituto de estas cremas; la hidratación de la piel debe ser una tarea cotidiana, no limitada a los momentos en que se va a tomar el sol. Esto es así porque el calor, y más aún el calor seco de interior, deshidrata mucho la piel.
Por otro lado, la humedad provocada por el sudor o las chancletas mojadas y el hábito de bañarse en piscinas públicas hacen que proliferen los hongos en los pies y las infecciones en las uñas (onicomicosis). Para evitar esto es necesario mantener los pies secos siempre que sea posible y utilizar antifúngicos.
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