En un entorno de fuerte crecimiento económico, el sistema bancario peruano está alcanzado un formidable desarrollo. Las conjunción de tasas de expansión elevadas (en promedio 20% en los últimos años), niveles de morosidad controladas (por debajo de 2%), e indicadores de solvencia y liquidez holgados, dan cuenta de una industria muy dinámica y saludable. Avanzar raudamente hacia una mayor bancarización ha sido uno de los logros más destacables de los últimos años.
Esa mayor intermediación bancaria está siendo acompañada por una importante expansión de la red de atención a clientes, como oficinas, cajeros automáticos y cajeros corresponsales en todo el país. Existe una gran expectativa en tor¬no al rápido crecimiento del número de operaciones bancarias realizadas me¬dian¬te Internet, con lo que la banca mó¬vil podría tener un gran desarrollo en los próximos años. Sin duda, ya se observan importantes cambios en los patrones de comportamiento de los usuarios.
Sin embargo, en medio de este interesante dinamismo, existen puntos pendientes como bien lo observa el economista Jorge Gonzales Izquierdo.
Para Gonzales falta trabajar más en la promoción de una mayor competencia en algunos segmentos del crédito y la regulación de ciertas prácticas que eventualmente resultarían peligrosas.
“Podemos decir que los sucesos de los últimos años han generado una mayor importancia del sistema bancario para la economía y han puesto a prueba su vigor. Se ha conseguido asimilar los choques externos y se ha demostrado una gran capacidad para responder rápido y con prudencia –proporcionando mayores volúmenes de créditos– al incremento de la demanda interna. Además se ha enfrentado con éxito la crisis de 2008 y estamos robustos, ad portas de una nueva crisis internacional. Inclusive en un entorno internacional convulsionado, la banca peruana se expande de manera firme”, dice el economista.
La evolución
Entre 2005 y 2010, el sistema bancario se duplicó en tamaño; en ese periodo ostentó tasas de crecimiento de un promedio anual de 20% en las colocaciones y de 16% en los depósitos. Las colocaciones crecieron a una tasa que triplicó la expansión del PBI.
“Las bases de la evolución positiva del sistema bancario se construyeron entre los años 2002 y 2007, cuando se comenzaron a aplicar medidas contracíclicas en el frente bancario, proceso que implicó la necesidad de fortalecer las provisiones y el patrimonio de los bancos”, comenta Juan José Marthans, ex su¬perintendente de Banca, Seguros y AFP y catedrático del PAD – Escuela de Dirección de la Universidad de Piura.
Con cifras de octubre, la actividad crediticia viene creciendo 24% en términos anuales y van 12 meses seguidos en que se ha expandido por encima de 20%. “Eso implica flujos promedios mensuales de cerca de US$ 500 millones generados por el sistema bancario en colocaciones”, afirma por su parte Mario Guerrero, analista del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.
Tal desempeño ha sido posible gracias al extraordinario crecimiento de la economía en el último quinquenio (a una tasa de 7,1% promedio anual), en el cual el consumo y la inversión privada –fuentes importantes de la demanda de créditos– se expandieron a tasas de 6,3% y 12,4%, promedio anual.
“En este lustro, el ingreso per cápita anual se elevó en 57,4%. Por otro lado, las empresas en crecimiento registraron mayores necesidades de financiamiento, a las que se sumaron los nuevos emprendimientos empresariales y los proyectos de inversión extranjera directa. El número de contribuyentes activos con RUC pasó de 3,3 a 4,7 millones”, detalla Juan Sánchez, gerente de Consultoría de Maximixe Consult.
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