Protestas, paros y muertes es lo que está generando la inversión privada de las minerías Yanacocha y Xstrata en el interior de nuestro país. A pesar de ello, el gobierno reafirma su compromiso por apostar por el desarrollo de Cusco y Cajamarca con apoyo privado. Sin embargo, la pregunta es ¿verdaderamente Conga es el camino al desarrollo? ¿Los daños ambientales son en realidad conclusiones exageradas de pobladores insurgentes? Descubra el verdadero impacto de un proyecto ambicioso que viene generando desórdenes sociales en el norte de nuestro territorio.
Las protestas en Cajamarca y Espinar, además de las lamentables muertes de algunos de sus pobladores, deja a la ciudadanía con una interrogante que hasta hoy, ni políticos ni especialistas han sabido responder. ¿Es el proyecto minero Conga, en realidad, una propuesta dañina para el medio ambiente? ¿Qué tan perjudicial es Conga para la laguna y el agua de Cajamarca? ¿Debe prevalecer la inversión privada y el desarrollo económico a la posibilidad de alterar el proceso milenario de nuestra fauna peruana?
Para responder estas interrogantes, “El Universal” se acercó a Pro Naturaleza, Fundación Peruana para la Conservación del Medio Ambiente, y conversó con el doctor Luis Ramírez, especialista en Sociología Ambiental y promotor de la prevalencia de los procesos naturales en Cajamarca.
“Una primera apreciación es la siguiente: No hay acción humana que no genere un impacto. Es un principio que está ligado a las leyes de la entropía, la ley de la termodinámica, y la matemática. Basado en ese principio, que obviamente parece ser trágico, está también la contrapartida, es decir, la capacidad científica del ser humano en la sociedad para contrarrestar esa dosis de impactos, minimizarlos, bajo la tesis que no existe el impacto en serio. Pero el problema de la respuesta tecnológica es que tiene que pasar por una organización social. Primero, porque lo tecnológico genera esfuerzos, inversiones, procesos. Y ahí la lógica de mercado termina imponiéndose. Si los costos de una tecnología, para minimizar un impacto, son muy altos, aparece una organización social diciendo esto no es rentable. Entonces, ahí te quedan dos caminos: O suspendes el proceso, que es un acto ético de una gran magnitud. O el otro camino que es el más histórico, “que se frieguen pues”. Y se intenta generar empleo, inversión, y bueno, después limpiaremos. Y eso empezó hace 500 años. Los españoles decían lo mismo de los indígenas, que era mejor tenerlos sacando oro, en vez de sembrando choclos y, si habían impactos sociales, después los arreglaríamos. Ese mismo criterio se quiere implantar, pero ya son 500 años de fracaso”.
Ante estas afirmaciones, las preguntas sueltas eran, ¿existe en el país dichas organizaciones sociales encargadas de velar, ética y moralmente, por los principios de nuestra cada vez más dañada fauna? El Dr. Ramírez nos dice que según un informe que dio el Gobierno, pareciera que sí había una minimización de impactos. Pero, a medida que se hurga, la sociedad civil tiene también preocupaciones que van más allá de la formalidad. “Hay siempre una preocupación de la sociedad civil que tienen dudas sobre la tecnología. Esas dudas llevan a un peritaje que lo pide el mismo Gobierno, como una salida de la presión y la duda. Entonces, mi respuesta concreta es que el peritaje indica que si hay vacíos en algunos procesos tecnológicos, en el manejo sobre todo de agua, que ameritan una revisión”, sostiene el experto.
La inversión que supondría el proyecto minero Conga, según lo que informa el Estado, podría llevar hacia el desarrollo económico a una Cajamarca que, queriendo defender su territorio, está protestando porque, según sus pobladores y los estudios que el peritaje ha señalado, la laguna podría secarse y correría riesgos el agua de dicha provincia. El especialista de Pro Naturaleza, lejos de rechazar esta hipótesis, refiere que de todas maneras se van a dañar las lagunas y no solo se van a dañar, sino que esos daños tardarán años en volver a su cauce normal y ninguna tecnología podrá acelerarlo. “Todo proceso natural acumula tiempos históricos. Las lagunas de Conga deben tener 700 mil años. Entonces, es cierto que una intervención entrópica tan cortoplacista frente a todo ese proceso histórico complejísimo altera los procesos. Pero no vas a hacer en 20 o 30 años lo que duró miles. Ahí está el desbalance de Conga”, advierte.
Sin embargo, y pese a las muestras científicas de lo perjudicial que sería la minería en Cajamarca, se debe recalcar que siempre existirá una notable fisura entre la tecnología y el medio ambiente. Entonces, ante un dilema entre el posible desarrollo económico y el daño a la naturaleza, ¿qué es lo que debemos hacer?
Según el sociólogo ambiental, hay otras formas, pero no las aceptan debido a que cuesta más, por lo que ahí está el problema.
Para el doctor Ramírez está claro que las empresas no quieren gastar por éstas otras formas de prevención y cuidado a la naturaleza, hecho que nos lleva pensar ¿en qué tiempo quieres desarrollar tú una generación? ¿Por qué debemos acelerar tanto? La demanda del oro mundial ya no es de contemplación, sino es industrial. Todas las computadoras deben tener entre 200 a 300 soles en oro. Ese mercado va a crecer. Pero en otras economías se ha artificializado. ¿Para qué queremos a tan corto plazo una explotación de Conga? “Sí hay alternativas, sí hay salidas. Pero se debe tomar las decisiones y pensar que hay toda una diferencia ideológica entre el limeño y el provinciano. A nosotros las lagunas solo nos puede parecer algo turístico, para ellos es parte de su vida”.
“No es el momento de Conga”
El Ing. César Gutiérrez, exdirector de Petroperú, indica que no es el momento del proyecto Conga y que el Estado debería considerar el cese del mismo, debido a los eminentes problemas sociales que dicha iniciativa está causando en el interior del país.
“El proyecto Conga se ha vuelto intransigente. Por unos millones más de dólares se ha llevado todo esto a una situación de conflicto. Probablemente un especialista en medio ambiente diga que no pasa nada si se instala Conga en Cajamarca, pero ya la gente no entiende eso. Hay una gran oposición del pueblo y el Gobierno no tiene la fuerza suficiente para imponerse”, manifiesta Gutiérrez.
El exdirector de Petroperú dice que el Gobierno, al insistir en este proyecto, a pesar de la oposición de la gente, hace que uno no sepa lo que vaya ocurrir.
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