La diferencia entre ganar y perder

Para triunfar, no basta con la idea, hay que tener constancia y actitud.

El célebre dramaturgo William Shakespeare alguna vez dijo que “si el hombre fuera constante, sería perfecto”.

Sobre este pensamiento, el periodista y productor cubano Ismael Cala sostiene no creer en la perfección, pero sí en la excelencia en todos los aspectos de nuestra vida. Y en este caso, coincide con el escritor británico en que la perseverancia es una de las claves para el éxito.

Los problemas en el camino a veces nos incitan a abandonar nuestros objetivos, a dejar de luchar por nuestros sueños. Sin embargo, las personas exitosas no se permiten ceder ante los supuestos fracasos, que no son más que pruebas y experimentos.

Thomas Edison ensayó con más de 6.000 sustancias antes de encontrar el elemento con el que crearía el filamento de la bombilla eléctrica. Abraham Lincoln, quien padecía del síndrome de Marfan (enfermedad rara del tejido conectivo), perdió varias elecciones antes de convertirse en uno de los presidentes más recordados de Estados Unidos. Walt Disney dijo que “la diferencia entre ganar y perder a menudo consiste en no abandonar”. Curiosamente, el productor cinematográfico fue rechazado en varias ocasiones como caricaturista de prensa, bajo la excusa de que no tenía imaginación. Qué ironía.

El bloguero español Héctor Portillo Figueroa afirma que además de ser constante, también debemos tener actitud, ya que ello determinará nuestro desempeño, capacidad, y, mucho más importante, nuestro enfoque sobre la victoria o la derrota.

“Es evidente que la victoria es lo que siempre buscamos cuando empezamos a hacer algo, pero hay que tener claro que la derrota es parte del éxito”.

“En la medida que aprendamos que las derrotas son parte del proceso de aprendizaje, tendremos más chances de hacer realidad nuestros objetivos”.

Sobre este punto, Cala sostiene que ser constante no significa pecar de perfeccionista, pues a veces tendremos que abandonar la ruta para aprender de los errores y comenzar una nueva. Por ello, debemos desarrollar nuevas técnicas que nos ayuden a potenciar las habilidades para convertirnos en personas efectivas que consiguen lo que desean.

Como defendía el escritor francés Víctor Hugo: “la mayoría de los hombres no carecen de fuerza, sino de constancia”. (Redacción)

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