Cada año el número de refugiados crece en el mundo, no solo por la prolongación en el tiempo de varios conflictos sino por la aparición de muchos otros. Lo paradójico es que a diferencia de antaño, son los países más pobres los que acogen a la mayoría de estas personas
Un reciente informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) acaba de revelar que 43,7 millones de personas se encuentran actualmente desplazadas en todo el mundo.
De esta cifra total, 15,4 millones están en calidad de refugiados (10,55 millones bajo el amparo de ACNUR y 4,82 millones registrados por la UNWRA), 27,5 millones como desplazados internos por los conflictos, y cerca de 850.000 solicitantes de asilo, de los que casi una quinta parte se encuentra en Sudáfrica.
Este informe preocupante muestra un profundo desequilibrio del apoyo internacional a los desplazados en un momento en el que está aumentando el sentimiento de hostilidad hacia los refugiados en muchos países industrializados.
El informe de ACNUR Tendencias Globales 2010 muestra que varios de los países más pobres del mundo están acogiendo a grandes poblaciones de refugiados, tanto en términos absolutos, como en relación con el tamaño de sus economías. Por ejemplo, Pakistán, Irán y Siria tienen las mayores poblaciones de refugiados, con 1,9 millones, 1,1 millones y 1 millón, respectivamente.
Desde el punto de vista de impacto económico, Pakistán soporta el mayor peso con 710 refugiados por cada dólar de su PIB per cápita (en paridad del poder adquisitivo o PPA), seguido de la República Democrática del Congo (RDC) con 475, y Kenia con 247 refugiados. En comparación, Alemania, el país industrializado con la mayor población de refugiados (594.000 personas), cuenta apenas con 17 refugiados por cada dólar de PIB per cápita.
En su conjunto, el informe de 2010 muestra un cambio drástico en el entorno de la protección frente al que existía hace 60 años, cuando se creó la Agencia de la ONU para los refugiados. En ese momento, el número de personas bajo el amparo de ACNUR era de 2,1 millones de europeos, que habían quedado desplazados tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, el trabajo de ACNUR se extiende a más de 120 países y engloba a las personas que se han visto obligadas a huir cruzando las fronteras, así como a las que han huido en el interior de sus propios países.
Para Antonio Guterres, alto comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados, existe un temor exagerado de los países industrializados a una avalancha de refugiados, “mientras tanto se está dejando que las naciones del tercer mundo sean quienes soporten toda la carga”, sostiene.
El informe de ACNUR no incluye el desplazamiento registrado durante el año 2011 desde Libia y Costa de Marfil.
Las guerras prolongadas
Teniendo en cuenta la naturaleza prolongada de varios de los principales conflictos internacionales de hoy en día, el informe muestra que la experiencia del exilio es cada vez más dilatada para millones de personas en todo el mundo. ACNUR define una situación prolongada de refugiados como aquella en la que un gran número de personas se ve atrapado en el exilio durante un mínimo de cinco años.
En 2010, del total de refugiados bajo el mandato de ACNUR, 7,2 millones de personas se encontraban en esta situación – la cifra más alta desde el año 2001. Por otra parte, tan solo 197.600 personas pudieron regresar a sus hogares, siendo ésta la cifra de retornos más baja desde 1990.
Cabe señalar que algunos refugiados llevan más de 30 años en el exilio. “Los afganos, quienes en un primer momento tuvieron que huir de la invasión soviética en 1979, representaban una tercera parte de los refugiados en el mundo tanto en 2001 como en 2010. Le siguen los iraquíes, somalíes, congoleños (RDC) y sudaneses”, comenta Guterres.
La mayor cifra de la década
A pesar del bajo nivel de retorno de refugiados registrado el año pasado, la situación para las personas desplazadas en el interior de sus propios países - los llamados desplazados internos - experimentó algunos cambios.
Según el informe de ACNUR, en el 2010, más de 2,9 millones de desplazados internos regresaron a sus hogares en países como Pakistán, la República Democrática del Congo, Uganda y Kirguistán.
Otro grupo del que también se ocupa ACNUR, aunque es más difícil de cuantificar, es el de los apátridas, personas que carecen de la seguridad básica que implica tener una nacionalidad. El número de países que proporcionan datos sobre las poblaciones apátridas ha ido aumentado de manera constante desde el año 2004, aunque las diferencias en las definiciones y metodologías aún suponen un impedimento para la obtención de datos fiables sobre la magnitud del problema.
En el 2010, el número de personas apátridas del que se han recibido datos oficiales (3,5 millones) es casi la mitad que el de 2009, aunque este descenso se debe principalmente a cambios metodológicos en algunos de los países que suministran datos. Los cálculos no-oficiales elevan el número global a cerca de 12 millones de apátridas. En agosto de este año ACNUR pondrá en marcha una campaña a nivel mundial para informar sobre la difícil situación de los apátridas en el mundo y para que se tomen medidas urgentes para ayudarles.
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