A pesar que el INEI refiere que las cifras de pobreza vienen disminuyendo en el país, la realidad dice todo lo contrario. Lo que más llama la atención es que en las regiones donde la minería opera, la gente literalmente se viene muriendo de hambre. Una tarea pendiente para el próximo
Inés Quispe tiene que levantarse casi todos los días muy temprano para tomar el bus que lo llevará de Villa María del Triunfo donde vive a diferentes puntos de la ciudad de Lima, donde visitará a algunas familias, para ver si tienen algo de ropa que ella pudiera lavar y así poder llevar alguna platita (que en el mejor de los casos llega a 20 nuevos soles diarios) a su hogar que le pueda servir para dar de comer a sus dos hijos, Juan de nueve años y Christian de seis añitos.
Inés, una joven mujer de 35 años proveniente de Huanta, Ayacucho, vive hace 15 años en Villa María del Triunfo. Durante todo este tiempo, ella tuvo que trabajar como miles de personas en el Perú en muchos oficios para solventar sus gastos.
Ricardo Calderón, otro morador que vive en dicho distrito, nos cuenta que tiene que trabajar más de 12 horas como vendedor ambulante para ganar 15 soles diarios y así poder tener algo que comer él y su familia.
Calderón nos cuenta al igual que Quispe que en más de una oportunidad han escuchado decir a las autoridades que cada vez estamos creciendo y que ahora hay más empleo y mejores remuneraciones en el país, sin embargo ellos se preguntan, como seguro lo hacen millones de peruanos que aún conviven con la pobreza, si estamos bien por qué seguimos viviendo de esta manera.
Las historias de Inés y Ricardo son las de millones de personas que en nuestro país aún no gozan del crecimiento económico de qué tanto se habla, y que difieren con las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) que señala que ha existido un considerable retroceso de la pobreza.
De acuerdo con este organismo, la pobreza en el Perú se redujo de 51% en el año 2000 a 31.4% en el 2011, cifra que según algunos especialistas no se ve reflejado en las familias que viven en la extrema pobreza, como es el caso de Inés y Ricardo.
Para el sociólogo Carlos Aramburú, estos estudios no reflejan la verdadera realidad que está viviendo nuestro país, dado que en los estratos sociales mas olvidados como los rurales la situación sigue igual o peor que antes. “Con tan solo un 19% de desarrollo no se puede cambiar la precaria situación en que viven estos sectores. Las cifras arrojan que los más beneficiados son las zonas urbanas comerciales, en donde están concentradas la mayor fuerza productiva del país”, sostiene el también catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
De acuerdo con este estudioso, las estadísticas que se hagan siempre van a reflejar cada vez que exista un crecimiento económico a determinados sectores, en este caso las zonas más urbanas, olvidándose del resto del universo que constituye el país.
Una visión parecida es la del representante de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP), Federico Arnillas, quién señala que los datos del INEI solo recoge las cifras de la pobreza monetaria del país, es por ello que incluye en su cálculo una visión sesgada e inexacta de la real situación de la pobreza en el Perú.
Para el economista Waldo Mendoza Bellido, las cifras que lanza con tanta pompa el gobierno solo se trataría de un espejismo que reflejaría las bonanzas de las grandes corporaciones quienes se vieron beneficiados directa e indirectamente de este supuesto auge económico producto del aumento de las exportaciones en sus respectivos sectores. “Efectivamente la pobreza se ha reducido en la cifra que comenta el gobierno. Lo siguiente es preguntarnos en qué zonas y por qué motivos. Al parecer, según comentarios de los propios ministros, la reducción se ha dado principalmente en regiones como la costa rural (tal cual lo ha dicho el ministro, Ismael Benavides). Esto puede deberse, de hecho, no solamente a la inversión privada, sino también al buen momento que tiene el maíz y otros productos destinados a la producción de combustibles”, recalca el especialista.
Lo que llama poderosamente la atención, es que en las regiones donde la minería está asentada por años, la pobreza no se ha reducido significativamente. Ahí tenemos, por ejemplo, los casos de Huancavelica, Puno y Pasco.
Más de un investigador se ha preguntado, por qué si estos sectores están bien en términos de generación de riquezas, por qué no ha disminuido la pobreza en los departamentos donde la minería es predominante. De acuerdo con el economista Carlos Rodríguez la razón puede ir por la redistribución del gasto. “En todo caso, teniendo en cuenta que el modelo prácticamente no ha cambiado en los últimos años, es claro que la desigualdad entre los que ganan mucho y los que esperan el chorreo se ha acrecentado”, señala el profesional.
La pobreza rural sigue igual
El informe del MCLCP muestra que en las zonas rurales del país la cifra de hogares con algún tipo de pobreza crece hasta el 76,8%, es decir, de cada 10 peruanos en esas regiones, casi siete aún viven bajo esa condición.
Otro punto relevante de este estudio, es que la sierra y selva rural concentra la pobreza más dura y estructural del país.
El economista Armando Mendoza afirma que las cifras de la MCLCP demuestran claramente la diferencia entre lo que podría denominarse la pobreza nominal (es decir, la pobreza monetaria) y la pobreza real acerca de las carencias que existen en la población. “El Perú está en un proceso de crecimiento económico y social que no es homogéneo. Hay sectores y regiones que no se están beneficiando con el crecimiento económico. Estas zonas están quedando rezagadas porque no hay políticas nacionales integrales”, sostine.
Entre tanto para el presidente de la MCLCP, Federico Arnillas, las estrategias integrales y claramente enfocadas podría ser la solución a la pobreza, puesto que más de un tipo de pobreza interactúa entre sí. “En la política macroeconómica es clave acercar el gasto público per cápita, por lo menos al promedio nacional para los departamentos más pobres. Allí hay una responsabilidad clara en el gobierno nacional”, recalca.
Asimismo considera urgente que la niñez y la población adulta estén en la agenda de las autoridades.
Mendoza y Arnillas coinciden en que se requiere además de los programas sociales, entre los que sobresale con claridad el programa “Juntos”, de políticas convergentes como por ejemplo en las zonas rurales de una capitalización de la pequeña producción rural.
“Los programas sociales como Juntos y otros tienen un rol importante, pero es un rol subsidiario que no es suficiente para salir de la pobreza”, manifiesta Mendoza.
Entre tanto para los investigadores del PNUD, para combatir el problema de la desigualdad en la región se necesita mayor inversión social y que el Estado se enfoque en diseñar programas sociales de transferencias condicionadas.
Isidro Soloaga asesor del PNUD pone el ejemplo de programas como Chile Solidario y Juntos de Colombia, que han tratado de analizar cuáles son las necesidades de las familias para elaborar metas específicas. “Estos han tomado en cuenta factores como el alcance y la amplitud hacia los beneficiarios. Así las intervenciones de estos programas llegan efectivamente a los individuos, hogares y comunidades para los cuales fueron diseñados”, dice el funcionario.
La redistribución
En el informe de la MCLCP también se recomienda trabajar en la mejora de la redistribución de los ingresos, así como tener políticas de regulación más fuertes en el campo de los servicios y la inversión que se realiza a partir de los impuestos recaudados por el Estado.
Al respecto, Federico Arnillas menciona que la desigualdad en el Perú se refleja en el hecho de que mientras que en las zonas rurales del país la décima parte más rica de la población recibe un ingreso per cápita de S/.107 al mes, ese mismo segmento poblacional en Lima tiene un ingreso per cápita de S/. 2.500 al mes. “Allí hay un gran desafío para que el Estado logre plantear soluciones que permitan llegar a las poblaciones más alejadas y construir una sociedad con mejores niveles de equidad”, puntualiza.
No cabe duda, que todavía nos falta un largo camino para romper con las grandes desigualdades que aún persisten entre los peruanos. El próximo gobierno tiene una tarea muy ardua para realmente incluir en el modelo a los 10 millones que aún viven en pobreza.
Notas:
1.- Según el INE viven en situación de indigencia en la ciudad de Lima 1,6%, es decir, unos 56,250 habitantes.
2.- De acuerdo con el último censo, unos 266 distritos mostraron tasas de desnutrición infantil superiores al 60%
3.- San Juan de Lurigancho, es el distrito que al 2007 albergaba a 299,533 personas por debajo de la pobreza.
LA POBREZA NO SON SOLO CIFRAS Y/O NUMEROS, TAL CUAL LO PINTAN LOS POLITICOS .....LA POBREZA ES TENER QUE SOBREVIVIR LA MAYORIA DE PERUANOS EN UN PAIS ( QUE NOS PERTENECE A TODOS PERO A LA VEZ NOS ES AJENO, PORQUE DE EL SOLO SON DUEÑOS UNOS POCOS.
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