Sufrimiento, desgracia y dolor es lo que Alexandre Silva conoció en su vida antes de entregarse a Jesús. “No había paz en mi matrimonio era un verdadero infierno. Cuando llegué a la iglesia mi vida estaba completamente destruida, yo deseaba liberarme de eso pero no sabía dónde encuentrar la paz y estaba muy nervioso. En ese momento, básicamente, no tenía familia. Es decir, mi familia y mi matrimonio estaban destruidos”, dijo.
Alexandre y su esposa Adelaide comenzaron a frecuentar las reuniones de la Terapia del Amor en el Cenáculo del Espíritu Santo y poco a poco el milagro aconteció. “Yo tenía muchos problemas en mi cabeza y para dormir era muy difícil”, afirmó. En la vida de Alexandre y Adelaide Dios solo pudo obrar después que ellos se entregaran al 100% al Señor Jesús. “En el plazo de dos meses, Dios nos bendijo y hoy estamos muy agradecidos y contentos, toda mi familia está en la iglesia, hoy tengo un hogar lleno de paz y mi matrimonio fue restaurado por completo“, finalizó.
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