En la vida de Graciela los problemas aumentaban cada día más, haciendo que ella sufriera al ver su matrimonio siendo destruido por las constantes agresiones por su esposo. Todo lo que habían construido se estaba desmoronando, perdieron su casa, un auto y llegaron a no tener para comer. Debido a las Preocupaciones por no poder resolver los problemas no podía dormir y entró en un estado depresivo.
Incluso llegó a enfermarse de un pulmón, era imposible que pudiera trabajar.
Sin embargo, cuando no veía una manera de salir adelante tuvo la oportunidad de probar el poder de Dios. “Llegué al Cenáculo del Espíritu Santo muy mal, en mi matrimonio había agresiones verbales que nos afectaban, al punto de separarme de mi esposo. Pero al participar con fe de las reuniones mi matrimonio fue restaurado”, cuenta Graciela.
Ella tuvo que ser constante en las cadenas de oración y perseverar en las reuniones para conquistar una vida diferente y Dios honró su fe y constancia. Ahora ella es feliz junto a su esposo. Dios la liberó de la depresión, puede dormir tranquila y tiene paz.
En su interior nació el deseo de luchar por una vida diferente en lo económico y usando la fe conquistó una peluquería, siguió usando la fe y compró su casa, renovó todos los muebles y además compró una camioneta. Hoy puede decir que tiene una vida completa junto a Jesús, una nueva historia escrita por una familia bendecida.
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