jueves, 14 de febrero de 2013

Hay que recuperar la vida familiar natural


¿El aumento de la demanda de cirugías plásticas en el país debería preocuparnos?
Si lo que se trata es de corregir una cicatriz, quemadura, etc., no tendría porque alamar a nadie. Pero si la situación va por otro camino, como es la de satisfacer una vanidad, ahí las cosas cambian.
De acuerdo con los testimonios de las jovencitas a la pregunta del por qué quieren someterse a una operación estética, la mayoría respondió para verse bien. ¿Esto demostraría de qué algo anda mal en el seno de las familias?
Para el psiquiatra Martín Nizama, el aumento de personas, cada vez más jóvenes, que se someten a una cirugía estética no es más que el resultado de lo que estamos viviendo, es decir, es la cosecha de esta sociedad post moderna centrada en el narcisismo, sin valores ni control de impulso. Precisamente esta posmodernidad ha llevado a muchos de nuestros jóvenes a pensar que para tener éxito en la vida hay que convertirse en una Barbie.
La psicóloga Carmen Mendoza, por su parte, agrega que en este disloque familiar mucho ha tenido que ver los medios de comunicación, sobre todo la televisión, que han asociado el éxito y la fama con la belleza.
“No cabe duda que la falta de autoestima asociada con la inseguridad de los chicos que no están contentos con lo que vinieron al mundo constituye todo un problema que las familias no deberían de dejar de lado, más aún cuando de por medio está la salud- y por qué no-la vida de sus menores hijos”, dice la psicóloga. 
Tanto Nizama como Mendoza coinciden que urge recuperar la vida familiar natural, la espiritualidad y la paz, con el propósito de rehumanizar a la sociedad posmoderna. “Sin tiempo familiar no hay familia natural, salud mental ni salud espiritual. Proceder con firmeza, sin concesiones porque la familia es primero”, dicen.

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