Testimonio Casos Imposibles
“Yo siempre intentaba olvidarme del pasado, pero por más que puse de mi parte no lo conseguía. Muchas veces me encerraba en mi cuarto y lloraba pensando que nadie me quería. Todo lo malo que tenía dentro de mí se reflejaba en mi forma de ser, tenía un mal carácter, de todo me enojaba y siempre estaba malhumorada, por eso no podía ser feliz”, afirmó.
En esta situación Maribel conoció el Cenáculo del Espíritu Santo.
Ella aprendió a colocar su fe en acción y consecuentemente pudo ver los cambios aconteciendo en su vida. “Al participar de los Casos Imposibles, hoy soy una persona totalmente transformada por el poder de Dios. El vacío que existía en mí fue llenado por la presencia del Señor Jesús. Ahora me encuentro totalmente cambiada y libre de todos los males que había en mi vida. Todo el rencor y resentimiento se convirtieron en amor y felicidad. Estoy muy agradecida a Dios, porque fue en los Casos Imposibles que encontré la solución para todos mis problemas. Realmente comprobé que para Dios no hay nada que sea imposible”, concluyó muy alegre.
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