Arequipa y Cusco presentan panoramas apocalípticas. Muertos, viviendas afectadas, pistas colapsadas son entre otras calamidades las consecuencias de una falta de política de prevención de desastres y de fondos de contingencias por parte de las autoridades.
Nuevamente varias regiones del país viven momentos difíciles. Producto de las fuertes lluvias que asolan la sierra y selva desde octubre del año pasado, casi 4,000 personas han quedado damnificadas y 91,128 han sido afectadas. Asimismo han fallecido 33 personas, 36 quedaron heridas y 12 personas desaparecidas.
Si bien hasta el momento la naturaleza no se ha enseñado con fuerza con nosotros como en años anteriores, eso no significa que no pueda hacerlo durante el mes de marzo. Y es que según el Senamhi, aún nos esperan 30 días de fuertes lluvias.
Un mes en lo que todo puede pasar, nos refiere Pedro, un viejo agricultor que ya ha sido testigo de la destrucción que deja la naturaleza cuando las autoridades no toman con seriedad y oportunidad las informaciones que reciben de las instituciones especializadas en temas ambientales.
Algo que llama poderosamente la atención, es que siendo estos fenómenos de la naturaleza hechos recurrentes en el país, las autoridades tanto del gobierno local, regional como central casi nunca hayan tomado medidas para contrarrestar sus efectos. Entonces, ¿ qué está pasando con nuestras autoridades? ¿Por qué tanta negligencia?
Para el ex alcalde de Huancayo, Pedro Morales Mansilla, la explicación de tan grande irresponsabilidad solo podría explicarse por dos razones. Una, porque no cuentan con un mapa de riesgo que les señale las zonas más vulnerables de su localidad; y la otra, porque no saben qué hacer con las informaciones recibidas de las instituciones que tienen que ver con estos fenómenos.
“Esta situación ha originado que las autoridades no cuenten con programas de prevención de desastres, y mucho menos con fondos de contingencias ni almacenes de emergencias”, sostiene Morales.
Precisamente esta falencia se vio reflejada últimamente en Arequipa, cuando la municipalidad de esta ciudad no tuvo los suficientes recursos para atender de manera inmediata a todos los damnificados del desastre, lo que le llevó a tener que pedir ayuda al gobierno central.
No solo las municipalidades
Cuando acontece una tragedia, los vecinos lo primero que hacen es pedir ayuda a la municipalidad, probablemente porque esta instancia del gobierno es la que está más cercana a la población. Sin embargo, los gobiernos regionales como central también están en la obligación de atender a los afectados.
Hace poco el Ejecutivo con el fin que todos los niveles de gobierno incorporen obligatoriamente la Gestión de Riesgo de Desastres, publicó el DS 111-2012 PCM.
A pesar que la Gestión del Riesgo de Desastres está vigente, la realidad nos dice que hasta la fecha nadie lo acata. Y esto se vio recientemente en Arequipa donde luego de varias horas del desastre llegó la ayuda, pero no del gobierno regional o de algún ministerio sino del Indeci, que desde Lima tuvo que movilizar apoyo humanitaria consistente en camas, colchones, frazadas, ropa, carpas, módulos de vivienda, calaminas, bobinas de plástico, alimentos, enseres y herramientas.
Para Mansilla Morales, esta realidad debiera llevar a los congresistas a indagar el por qué los diversos niveles del gobierno central no están cumpliendo con el DS 111, y también averiguar si los gobiernos locales y regionales cuentan con políticas de desastre.
Mientras no tomemos en serio las recomendaciones que nos hacen llegar las instancias como el Senamhi, Indeci, etc., desastres como los ocurridos en Arequipa y en menor grado en el Cusco, Huaraz y otras localidades del interior del país, siempre se van a repetir y probablemente con más fuerza ahora que los cambios climatológicos se han incrementado. Así que ya estamos advertidos.
“Las imágenes del satélite no nos ayudan”
Si bien lo acontecido en Arequipa la primera semana de febrero fue un hecho atípico, lo cierto es que sus efectos pudieron mitigarse. Y no nos referimos al hecho de que las autoridades debieron haber tomado sus precauciones, sino a una revelación muy preocupante.
Según el ingeniero meteorólogo Ricardo Durand del Senamhi, para el caso puntual de Arequipa las imágenes de satélite no pudieron ayudarlos a detectar lo que se estaba formando, debido a que los equipos del satélite son antiguos.
Si bien comprar un satélite es muy caro, de acuerdo con este profesional se debiera hacer un esfuerzo toda vez que de por medio están las vidas de las personas, al margen de lo material.
Sobre las causas que originaron el desastre en Arequipa, Durand sostiene que hasta el momento no se sabe con exactitud lo que pasó, aunque personalmente cree que pudo deberse a las brisas marinas y a los vientos de montaña.
Para el meteorólogo del Senamhi, las lluvias aún van a continuar durante el mes de marzo, por lo que recomienda a las autoridades de las zonas andinas y de la selva a tomar sus precauciones.
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