ÁNGELES DE LA NOCHE: Al prójimo con amor y esperanza

Una simples mirada hacia a las calles es suficiente para ver el sufrimiento de muchas personas. Unas están enfermas, otras tristes, algunas pidiendo  una limosna y muchos hacen de las calles sus hogares. Lo que todas necesitan es conocer al Dios Vivo y tener una nueva vida. 

Con esto pensamiento el grupo de voluntarios “Ángeles de la Noche” sale a las calles para ayudar a los más sufridos.

Todos están dispuestos a ayudar a otros porque en ellos nació el amor que Jesús plantó en su corazón. El amor es lo que mueve las manos de esta gente en la dirección de los que están olvidados por su familia. Son muchas historias tristes que ellos escuchan con mucha paciencia y en seguida el pastor Lincoln que es el responsable por todo esto trabajo realiza una oración a favor de la personas, rogando a Dios, cura, liberación y salvación. 

José Pardo es uno de los mendigos que recibió el apoyo muy bienvenido en el momento en el que no tenía nada para comer.

“Yo estoy tremendamente agradecido por este acto de amor, yo no comí nada desde la mañana, estaba muy hambriento, agradezco a Dios por esta comida”, dijo él.

Gotitas de amor

El grupo se llama “Ángeles de la Noche” porque sus miembros están revestidos del p poder de Dios para hacer Su voluntad y ayudar el prójimo. Durante el último encuentro realizado en el pasado jueves, el grupo llevó la palabra y realizó una oración especial ofrecida a todos los que viven en las calles del Centro Histórico de Lima y todos estuvieron inmensamente agradecidos ante toda la atención y dedicación de los voluntarios del Cenáculo del Espíritu Santo. 

El grupo hace esto trabajo de evangelización en las calles del Centro Historio de Lima hace case 1 año y más de 100 personas reciben todos los jueves a la noche un plato de comida y el calor humano de las manos amigas de los voluntarios del Cenáculo del Espíritu Santo.

Los miembros del grupo son personas que tienen sus negócios, sus familares y muchas veces están cansados de los afazeres pero Dios los capacita para hacer en bien hacia el projimo.