Hace 12 años que la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo llegó a Tierra Santa. Aunque el Estado de Israel, que alberga a casi 7 millones de personas, es considerado uno de los países más desarrollados de Oriente Medio, muchos vienen a los templos de La Comunidad Cristiana del Espíritu Santo - una en Haifa y uno en Tel Aviv - con problemas depresión, insomnio, crisis de la familia, dificultades financieras y las adicciones. Para acoger estos necesitados, el Pastor Francisco Antonio de Cantúa, explica que es necesario tener un conocimiento previo de las tradiciones y formas de pensar de estas personas, por lo que la obra del Espíritu Santo ocurre más rápido. “Además de tener que aprender la lengua hebrea, debemos saber que no podemos dejar de hablar de las cosas de Dios con un árabe de la misma manera que se habla a un Judío. Tenemos que abordar de diferentes maneras”, explicó.
Con inteligencia
El apoyo espiritual de los pastores, sus respectivas esposas y obreros del Señor es titánica, por eso ellos apoyan socialmente a través de acciones en varias áreas. “Hemos llevado a cabo un estudio en tres hospitales, visitando a los enfermos y la organización de eventos para entretenerlos. También damos asistencia a un refugio para mujeres maltratadas, abusadas, recibiendo la motivación a través de palabras e incluyen servicios de belleza para recuperar la autoestima”, finalizó.
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