Domingo 26 de mayo tuvo lugar la inauguración del Centro de Ayuda Espiritual en la ciudad de Sion, Suiza. Una tarde de verdadera alegría, porque una nueva puerta se abrió para ayudar a los afligidos y desesperados.
La reunión celebrada por el obispo Eduardo Bravo comenzó con gran número de bendiciones.
Al momento de la consagración del lugar, tal como se hizo con el Templo de Salomón, se recordó lo que Dios dijo:
“Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar, Porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.” (2 Crónicas 7:15-16)
El obispo Eduardo también se refirió a la visión que tenemos, porque es a través de este que vamos a superar y alcanzar nuestros sueños. Citó el ejemplo de Abraham, que a pesar de la edad avanzada, creyó en lo invisible y obedeció la voz de Dios cuando dijo:
»Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. » (Génesis 12:01)
Pasó a tener confianza en Dios y ver lo invisible, y por lo tanto nosotros también debemos vivir como Abraham, de fe en fe. En esta ocasión, la oración fue hecha para las persona que deseaban experimentar esta visión y restaurar sus vidas.
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