Muchas personas pensando
que la vanidad significa arrogancia, presunción, no cuidan su imagen personal; sin
embargo, el cuidado personal no tiene nada que ver con ello.
La presentación personal,
entendida como la forma en que una persona se muestra en su vestimenta, aseo y
cuidado es fundamental y se considera un reflejo del respeto que cada quien
siente por sí mismo. La vanidad, en cambio, es la confianza excesiva en la
atracción causada hacia los demás.
En la opinión de la
psicóloga y terapeuta ocupacional de la Universidad del Rosario en Bogotá,
Elvia Cuartas Nieto, en los primeros
años de vida, entre los 2 y 5 años, los niños empiezan a imitar conductas de
los adultos, y así, poco a poco, se forman una imagen de cómo cuidarse y
mostrarse ante los demás.
La higiene personal, en
cambio, incluye el aseo y cuidado de nuestro cuerpo.
A continuación revisaremos
algunos de los aspectos importantes.
La piel es la principal
barrera para el paso de los gérmenes, al tiempo que contribuye a la regulación
de la temperatura corporal. Otras glándulas, como las sebáceas, producen una
materia grasa cuya función es impermeabilizar y lubricar la piel. Estos
productos de secreción, unidos a la descamación cutánea y a la suciedad
exterior, pueden producir un olor desagradable y la aparición de enfermedades.
Todo esto puede evitarse con ducha diaria con agua y jabón.
Higiene de manos
Debemos lavarlas con
frecuencia, con agua y jabón, y siempre antes de comer y después de ir al baño.
Asimismo, debemos cortarnos las uñas regularmente para evitar acumular
suciedad.
Salud bucodental
Para una higiene bucal adecuada cepillarse correctamente tres veces al día (con pasta que contenga flúor). Usar hilo dental para deshacerse de los restos de comida que el cepillo no pudo eliminar. Además enjuague bucal después de cada cepillado y no abusar de alimentos con azúcares y almidones.
Para una higiene bucal adecuada cepillarse correctamente tres veces al día (con pasta que contenga flúor). Usar hilo dental para deshacerse de los restos de comida que el cepillo no pudo eliminar. Además enjuague bucal después de cada cepillado y no abusar de alimentos con azúcares y almidones.
Finalmente, hacer revisiones
periódicas con el odontólogo.
Lavarlos diariamente, ya
que en ellos abundan las glándulas sudoríparas que promueven olores, grietas e
infecciones. En las personas en las que la sudoración sea excesiva, se
aplicarán preparados específicos que la disminuyan.
Corregir los defectos de
refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo). También protegerlos frente a
agentes físicos, químicos o mecánicos, mediante el uso de gafas protectoras
adecuadas.
Cuidado de oídos
Limpiarlo todos los días
para eliminar las secreciones. Evitar la introducción de palillos o
bastoncillos de algodón en el conducto auditivo, ya que esto facilita la
formación de tapones de cera y puede dañarlo, incluso puede perforar el
tímpano. (C.M.)
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