Los conflictos
sociales, la inseguridad, la caída de los commodities y la cercanía de las
elecciones ya comienzan a pasarles factura a los empresarios.
Para un empresariado que considera que el
crecimiento económico de los próximos cinco años dependerá de los grandes
proyectos mineros, del incremento de la inversión
privada y de los precios de los commodities, los conflictos
sociales presentan un grave riesgo. Los empresarios miran las grandes
protestas antimineras como un freno a las inversiones mineras que está teniendo más fuerza.
Las paralizaciones de Santa Ana, Conga y Tía
María generaron una pérdida de
US$6,271 millones en inversiones, según un estudio reciente del Instituto
Peruano de Economía. El estudio también indica que el retraso en la ejecución
de 15 proyectos mineros desde el 2011 por conflictos sociales y trabas
burocráticas ha resultado en una pérdida de US$62,500 millones del PBI.
No obstante, los conflictos sociales no son
la única causa de la caída de la inversión minera. En el mundo y en el Perú,
ésta comienza a caer a partir del 2013, año en el que empiezan a reducirse los
precios de los minerales. Según José Luis López, analista en conflictos
sociales de la consultora Grupo de Diálogo, Minería y Desarrollo Sostenible, “en
términos reales, la baja de la inversión se debe más a la caída de los precios
de los commodities,
lo cual es algo global. No
se está invirtiendo no sólo en el Perú sino en el mundo en general”.
Si bien esta situación no ha elevado el
número de desempleados en el país, lo que sí ha originado es que cada vez
exista menos puesto de trabajo.
Inseguridad ciudadana
A los conflictos sociales les
siguen como riesgos principales la inseguridad y la corrupción en las regiones, problemas que
dificultan y vuelven incierta la inversión porque encarecen los costos de las
operaciones y agregan impredictibilidad al clima de negocios.
El empresariado se siente
desprotegido por las autoridades porque no se han visto ejemplos concretos de
una labor rápida y eficaz de parte de las fuerzas de seguridad para resolver
este problema.
Elecciones 2016
La confianza del empresariado para invertir
cayó en los últimos dos años electorales —el 2006 y el 2011—, según el índice
de confianza del empresariado de APOYO
Consultoría. Los resultados de la encuesta de gerentes generales confirman esta
tendencia: el tercer
mayor riesgo político para el empresariado es el deterioro del ambiente de
negocios en el país durante la campaña electoral.
Según Albuquerque, el impacto sobre la confianza
depende del nivel de afianzamiento de las instituciones y del modelo económico. La caída de la confianza se
sustenta en los mensajes que transmiten los candidatos presidenciales durante
la campaña, o en sus antecedentes como gobernantes.
¿Cómo afecta esto al país? Según Albuquerque, esto se refleja en menos
inversión, en menos puesto de trabajo, y en menos impuesto para el gobierno.
A puertas de las elecciones del 2016, los gerentes
aún no tienen claro quién ocupará Palacio, algo difícil de predecir debido a la
variedad de candidatos y la falta de partidos políticos consolidados. La actual desaceleración económica incrementará el riesgo de esta incertidumbre.
(Agencia)
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