Convivir no es
fácil; por eso, para conservar el matrimonio se debe tener actitudes
agradables, lo que no significa convertirse en algo que no se es.
Cuando las parejas se casan, es importante que comprendan que
la vida de casado no será un cuento. Una vez que termina la ‘luna de miel’,
comienza la vida real. La forma en la que las parejas tratan los problemas
diarios determina si van a tener un matrimonio duradero y exitoso o no.
Cada persona está cargada de experiencias personales,
peculiaridades propias y muchas otras cosas que pasan a formar parte de la
unión matrimonial. Estas diferencias crean potencial para el conflicto, que
pueden llevar a una pelea y hasta terminar con la pareja.
Uno de los conflictos más comunes dentro del
matrimonio, es la convivencia con una mujer desagradable, que para quejándose o
le gusta dar una lección de moral a todos.
Entre este tipo de mujeres, están las que hablan de más,
las que hacen comentarios desubicados, y las que piensan que siempre tienen
razón. También están las que pasan reclamándoles cosas al marido sin fijarse si
lo están haciendo en el lugar y momento indicados. A todo esto se le pueden sumar
otras actitudes que hacen que nadie quiera estar cerca de alguien así.
El hombre espera encontrar refugio en casa tras un día
cansador y estresante, pero cuando llega, tiene que soportar (o huir) de esa
esposa insoportable. Las peleas se convierten en algo frecuente y empieza a
establecerse una rutina desgastante, que de no resolverse llevan a las parejas
al divorcio.
En el Perú, según el Instituto Nacional de Estadística
e Informática (INEI), se registran diariamente 37 divorcios al día.
Si usted, mujer, se identificó con alguno de los comportamientos
arriba mencionados, preste atención: Toda mujer que decide tener actitudes
agradables logra tener relaciones pacíficas. Pero para convertirse en alguien
así se requiere perseverancia y, antes de eso, ser amable con una misma para
después serlo con el marido.
La escritora Cristiane Cardoso sugiere cualidades de
una esposa agradable y también alerta sobre los límites a respetar: “Una esposa
agradable debe ser misericordiosa, cuidadosa, sincera, espontánea y fuerte, pero
si él la maltrata o la traiciona, no soporte cualquier cosa, póngase firme y no
lo acepte”.
Resalta que una mujer nunca debe olvidar conservar su
esencia; es decir, no convertirse en algo que no se es.
(C.M.)
2014
Ese año se divorciaron 13.598 parejas en el país,
según el Instituto Nacional de Estadística e Informática.
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