jueves, 20 de julio de 2017

Mira por tus ojos


El glaucoma afecta a cualquiera y puede dejarte ciego si no lo tratas a tiempo.

Puntos ciegos cuando miras lateralmente, ¡cuidado!, puede ser que estés sufriendo de glaucoma.
Según el oftalmólogo Fermín Silva, de la clínica La Luz, el glaucoma se produce cuando los canales por donde debe drenar el humor acuoso del ojo se tapan, parcial o totalmente, provocando presión en el nervio óptico. De no ser tratado a tiempo, provoca ceguera.

Las causas que originan la obstrucción de esos canales son múltiples. Entre las más comunes tenemos la diabetes, el consumo de esteroides y los golpes a la altura de los ojos.

Existen dos tipos de glaucoma: el cerrado y el abierto. Este último el más frecuente.

El doctor Silva dice que en el glaucoma abierto con frecuencia la visión periférica (lateral) se afecta primero, por lo que inicialmente el cambio de la visión suele ser pequeño y la persona no nota nada. 

Con el tiempo, la visión central (directa) también empieza a perderse.

Por no presentar casi síntomas, este tipo de glaucoma es el más peligroso ya que el paciente recién acude al médico cuando la enfermedad está avanzada.

El glaucoma cerrado, si bien no es muy común, igual, advierte el oftalmólogo, hay que saber reconocerlo. A diferencia del glaucoma abierto, aparece súbitamente. Los síntomas que anteceden al ataque, son visión borrosa, halos, dolor de cabeza o dolor ocular leve. En algunas personas, también vómitos y náuseas.

Factores de riesgo
Aunque todos estamos en riesgo, los mayores de 60 años, los parientes de personas con glaucoma, los de ascendencia africana, los hipertensos y los que sufren de miopía alta, son los que están más expuestos a esta enfermedad.

A Elisa Villalobos, por ejemplo, le detectaron glaucoma por culpa de la miopía cuando tenía 65 años.

Para no sufrir de glaucoma, el doctor Fermín Silva recomienda exámenes oculares de rutina desde niños, y de manera integral a partir de los 40 años.

“Después de esa edad, los controles deben ser cada dos años, y cada año si hay algún factor de riesgo”, afirma.

Para las personas que ya sufren este mal, Silva refiere que existe tratamiento médico mediante aplicación de gotas oculares que reducen la presión intraocular. Igualmente el uso del láser para casos específicos, y cuando estos ya no son suficientes, la cirugía.
Gracias al tratamiento que siguió, pero principalmente al uso de su fe, Elisa logró curarse del glaucoma. “Hoy veo sin ningún problema”, acota. (Redacción)

NOTA
2% de peruanos mayores de 40 años sufren de glaucoma.

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