Para nadie es un secreto que la agricultura juega un rol fundamental en el desarrollo del país, porque de este sector dependen directamente un tercio de la población, mientras que en términos de empleo absorbe más del 30% de la PEA, por lo que sigue siendo, el soporte básico de la alimentación local, regional y nacional.
A pesar de su importancia, tradicionalmente los gobiernos poco han hecho para resolver sus diversos problemas, muchas de las cuales datan de la época de la Colonia. Esta situación ha generado que en las últimas décadas el ámbito rural se haya convertido en escenarios de constantes convulsiones sociales y de casi ruptura con el orden establecido, donde se distinguen nítidamente los movimientos campesinos del sur andino.
Según la Defensoría del Pueblo, en el mes de enero de este año se registraron 239 conflictos, de los cuales 126 reportaron algún tipo de violencia. Los departamentos donde mayormente se localizaron medidas de fuerza fueron Ancash, Puno y Ayacucho, respectivamente.
A pocas semanas de las elecciones generales, los candidatos presidenciales, por lo menos los que están arriba según las encuestadoras, casi no han dicho cómo piensan resolver temas, como por ejemplo, la agroexportación, los recursos naturales, el medio ambiente y la seguridad alimentaria.
Para el director de la Revista Agronoticias, Reynaldo Trinidad Ardiles, el mutismo de los candidatos se debe a que no entienden que la primera necesidad del hombre es comer y que el único sector que puede satisfacer inagotablemente es el agro, en complementación con la pesca. No lo entienden, dice, porque ellos jamás han pasado hambre, porque tienen suficiente capacidad económica para pagar cualquier precio por los alimentos, sean éstos nacionales o importados. Según el hombre de prensa, la peor dependencia que puede sufrir un país, es la dependencia de la provisión extranjera del pan de cada día.
Las importaciones agropecuarias del Perú en el 2010 alcanzaron los 2,773 millones de dólares, es decir, un 29% más que la del 2009 donde llegó a 2,125 millones.
Los principales productos que compramos a diferentes países del mundo son: maíz amarillo, trigo, aceite de soya, azúcar refinada y arroz.
Tradicionalmente la agricultura peruana se ha caracterizado por ser una actividad económica con dos claros nortes: 1) La producción agraria de subsistencia y, 2) La gran hacienda latifundista, que se caracterizó fundamentalmente por el desarrollo de un modelo agroexportador. A lo largo del siglo XIX el desarrollo minero provocó una ruptura regional y consecuentemente se sentenció la “reagrarización” del sector. Como se puede observar, la crisis actual del sistema agrario, no es consecuencia de las políticas de los últimos gobiernos, sino que hunde sus raíces de forma profunda en la historia de la Colonia y de la República. Por este mismo razonamiento no parece pertinente culpar a la Reforma Agraria de 1969 promovida por Velasco de los males actuales del sector agrario y de la decadencia del ruralismo. Algunos de los problemas más graves que hay que evaluar en el presente agrario es la ruptura de la relación hombre/tierra, y la instauración de modelos de desarrollo que han obviado la necesidad de ejecutar un cambio social en el ámbito rural, que permita reinterpretar su realidad como un conjunto identitario capaz de promover los lineamientos de su propio desarrollo, la optimización de sus recursos internos y consecuentemente la integración regional que organice una distribución más equitativa de la renta.
Defienden intereses
Trinidad sospecha que la inacción de los candidatos presidenciales para abordar estos temas, se debe a que muchos están siendo financiados por los oligopolios importadores de alimentos, que viven como Midas modernos a expensas del fisco (exoneración de aranceles), los consumidores (cobro de precios arbitrarios por los productos finales) y los productores (despojo de su mercado).
El director de la Revista Agronoticias, advierte que muchos de nuestros políticos parecen no haber leído la Constitución, cuyo artículo 88 dice: “El Estado apoya preferentemente al desarrollo agrario”, precepto que rige sólo para este sector, pero cuyo incumplimiento, sostiene, se refleja patéticamente en el hecho de que los gobiernos de turno -desde Fujimori hasta el de García- sólo asignan al agro el 0.5 % del presupuesto público, no obstante que este sector alberga al 26 % de la población nacional y el 36.7 % de la PEA, además de producir el 70 % de los alimentos que consumimos todos los peruanos.
Medio ambiente
Para Aníbal Huerta, presidente de la Comisión Agraria del Congreso, la apatía de estos políticos se debe a que se han abocado a ganarse los votos de la gente bailando y cantando, en vez de decirnos cómo piensan resolver, por ejemplo, la problemática del medio ambiente donde la deforestación en el interior del país ha llegado a cifras preocupantes debido a la tala ilegal.
Reynaldo Trinidad, por su parte, refiere que a los candidatos no les interesa defender y proteger los recursos naturales y el medio ambiente, porque no les da réditos inmediatos (incluso prebendas) como la explotación de los mismos.
Sostiene que los friajes, las insolaciones, el calentamiento global y la creciente escasez de agua, nos indican que el Perú es uno de los países más amenazados por los cambios climáticos. Sin embargo, ninguno de los candidatos ha hablado respecto al tema agroalimentario porque no tienen propuesta alguna en cuanto a prevención, mitigación y adaptación ante el nuevo escenario. Agrega que esto ocurre porque jamás se han detenido en el interior del país a observar los sombríos efectos de estos procesos.
Esta situación de olvido en la que se encuentra los recursos naturales, ha llevado a que el parlamentario oficialista considera que el próximo gobierno debe definir políticas serias que no sólo combatan la depredación de nuestro medio ambiente, sino que también pueda proteger la diversidad y recuperar las zonas que actualmente están siendo destruidas.
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