- El Apra en las últimas elecciones dio la sensación de estar dividida. ¿Qué percepción tuvo usted?
- Yo también lo he visto así. Cada vez que voy al partido recibo varios reclamos de los propios compañeros, quienes ven como el Apra ha ido decayendo estos últimos años a tal punto de tener solamente cuatro escaños en el Congreso, eso ya de por sí es una derrota que antes no se veía.
- ¿Por culpa de quién?
- Los que se hacen llamar líderes del partido, esos son los responsables del porque el Apra llegó a esa situación, de ahí que las bases estén descontentas y pidan cambios.
- ¿No le parece lógica esta reacción?
- Por supuesto, están en todo su derecho de poder reclamar. Ellos quieren un recambio institucional que comience desde las cabezas y no al revés como pretenden hacer la actual directiva.
-¿Alguna invocación a la actual cúpula aprista?
- Que primero está el APRA y luego nuestra pretensión personal. Que piensen que ninguno de nosotros somos los salvadores o únicos conductores del partido.
-Y en toda esta reorganización, ¿cuál es el papel de Alan García?
- Él tiene un notorio liderazgo dentro del APRA y una gran aceptación, pero tampoco debemos esperar que la inmadurez de los demás líderes para resolver sus propios problemas sean resueltas por un dictado de arriba.
- ¿Apoyaría el recambio de los principales líderes apristas?
- Si estaría de acuerdo. Sus renuncias debieron darse al día siguiente de las elecciones por dignidad y respeto al partido – y más aún cuando el partido estuvo a punto de perder su inscripción.
- ¿Pero si renuncian quienes los van a reemplazar?
- Existen apristas de una intachable trayectoria que pueden ser de mucha utilidad al partido. El problema es que no se los han permitido debido a los intereses oscuros que han entorpecido su postulación. Eso se debe acabar lo más antes posible.
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