jueves, 3 de mayo de 2012

Chosica, a un mes de la tragedia



Luego que un gigantesco huayco arrasara con parte de Chosica, poco es lo que se ha hecho para reconstruirla. A 30 días de la tragedia, aún se pueden ver casas destruídas, escombros por doquier, vías inutilizables y servicios básicos colapsados. Esa es la realidad de un distrito, a tan solo 2 horas de Lima, que clama por ayuda.  

Eran las 4 y 30 de la tarde del pasado cinco de abril, un día en que la naturaleza se ensañó con el poblado de Chosica a 36 kilómetros de Lima. Lluvias torrenciales que en tan solo dos horas trajo consigo alrededor de siete huaycos en diversas zonas del mencionado distrito. Éstos no se producian, según los propios pobladores, desde hace cincuenta años. Toneladas de lodo y piedras arrasaron todo a su paso, dejando en escombros asentamientos humanos enteros como Mariscal Castilla y San Juan de Bellavista y con ellos a cerca de 1,500 familias en el desamparo.
En el momento de la tragedia, fueron cientos los ofrecimientos por parte de las autoridades locales. 
El alclade Chosica (Luis Bueno) y la alcaldesa de Lima (Susana Villarán), aprovechando la coyuntura para figurar ante los medios de comunicación prometiendo que en tan solo unos dias se iba a habilitar calles dañadas, reubicación de familias enteras que habían quedado en la calles, así como reconstruir todo lo dañado. Sin embargo, a 30 días de la tragedia, casi todo sigue igual. 
“El Universal”, recorrió toda la zona devastada para inspeccionar los avances de la obras. Lo que encontramos es más que elocuente. 
“No se respetó sugerencia del Indeci”
“Ellos sabian que que no se debia construir a la ribera del río y aún así lo hicieron, es una irresponsabilidad compartida entre los pobladores coludidos con el municipio de Chosica, quienes permitieron que esto sucedira, ahora todos estamos pagando las concecuencias, quién nos va a pagar los daños de nuestras casas,” nos narra ofuscado Walter Ramirez, poblador del Asentamiento Humano Mariscal Castilla, (uno de las zonas más devastadas),  quien añade que nada de esto hubiera pasado si las viviendas de la avenida Revolución se hubiesen adecuado a las normas establecidas por Indeci (Instituto Nacional de Defensa Civil), que prohibian construcción alguna en esta zona. Según Ramírez, el municipio con el afán de recaudar mayores arbitrios permitio que ellos se inscribieran como contribuyentes, a pesar de que los vecinos colindantes en reiteradas oportunidades hicieron llegar una serie de escritos al alcalde haciendole saber sobre el peligro que corrían esas familias, sin embargo no fueron escuchados.
 “Gracias a Dios estoy vivo”
Segundo Quispe, poblador del asentamiento humano San Juan de Bellavista, es una persona que tiene mucho que agradecerle a Dios por estar aún con vida. Con su nieta en brazos nos cuenta que esa noche el huayco arraso con todo, inclusive con su pequeña bodega que hasta ese día era su único sustento de vida. 
“Yo vivo por esta zona hace más de 20 años, por lo tanto, al escuchar el estruendo de las piedras y el agua cayendo comprendí que se trataba de un huayco, así que lo único que hice fue correr hacia la margen izquierda de la quebrada no sin antes cargar con mi nieta que se encontraba en la puerta de mi casa jugando. Desde la quebrada pude observar atgónito como la corriente del agua arrastraba como si fueran juguetes carros, casas y animales”, nos narra.
Quispe dice que han transcurrido 30 días de aquella tragedia, y hasta el momento la ayuda prometida no ha llegado, por lo que se siente indignado con las autoridades que solo se hicieron presentes al día siguiente del huayco para no volver nunca más.
“Los volquetes son insuficientes”
Julio Castillo (65) otro poblador afectado que perdio casi toda sus cosas en dicha tragedia. Él señala que desde que sucedió la catástrofe, pocos han sido los esfuerzos por parte de las autoridades en reestablecer los servicios en esta zona – aduciendo que no cuentan con presupuesto suficiente para hacerle frente a desastres naturales de este tipo. “De ahí que a 30 días del huayco todavía podamos encontrar rocas y desmonte en la mayoría de las calles por donde transcurrio la corriente de lodo”, refiere Castillo.
Razón no deja de tener este poblador. “El Universal” durante tres días que visitó la zona solo pudol observar a tres volquetes haciendo trabajos de limpieza, cuando por la magnitud del desastre debieran haber no menos de siete de estas maquinarias. 
Buscando respuestas, este medio trató de comunicarce en sendas oportunidades con la autoridades del municpio de Chosica, solicitando explicaciones y esclarecimientos sobre el por qué de la demora en los trabajos de reconstrucción de las zonas afectadas, y si se tenía una fecha definida para la entrega definitiva de los trabajos. Los funcionarios se excusaron aduciendo que el gerente encargado de la obra no se encontraba en dicha localidad. 
A 30 días del desastre así está Chósica. Un distrito populoso que merece una mayor atención de parte sus autoridades, no solo del ámbito local sino también provincial.

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