En las olimpiadas en ocasiones la victoria o la derrota se definen en centésimas de segundo, de ahí la importancia que tiene la tecnología para medir el tiempo.
Desde los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, cuando un solo técnico se encargaba de controlar un total de 27 cronómetros, este torneo internacional que alberga a los mejores deportistas del mundo ha mejorado muchísimo.
En los juegos de Londres de este año, los guardianes del tiempo serán un total de 450 profesionales con la ayuda de 800 voluntarios entrenados, que permitirán observar el comportamiento de los atletas en milésimas de segundo.
Una de las competiciones que más atención recibirá por parte de este equipo de expertos en tiempo es la final masculina de los 100m planos, y el hombre que dará la señal de salida será Alan Bell.
Bell utilizará una pistola electrónica totalmente integrada con un sistema de tiempo cuántico, que permitirá medir la carrera casi en una milésima de segundo, 40 veces más rápido que un pestañeo.
Esta pistola envía una corriente eléctrica a los bloques de salida, que cuentan con sistema de presión para evitar falsas salidas, que enciende un oscilador de cuarzo en una consola de tiempo.
Tecnología de punta
El sonido del pistoletazo de salida se amplificará a través de altavoces en cada grupo de bloques, para que todos los competidores puedan oírlo al mismo tiempo.
Al finalizar la carrera, un láser se proyecta a través de la línea de meta hacia una célula fotoeléctrica (también conocida como ojo eléctrico). Cuando un atleta cruza el láser, envía una señal a la consola para registrar su marca de tiempo.
Este sistema está sincronizado con una cámara de video de alta velocidad que se puede usar para decidir en última instancia.
Sistemas similares se usarán en ciclismo de pista, con un transpondedor de radio acoplado a la rueda delantera de cada bicicleta emitiendo un código de identificación a una antena ubicada al principio y al fin de la carrera.
En natación, se utilizarán superficies táctiles para registrar cuando el nadador se sumerge en la piscina y cuando toca el extremo de la misma al final de la competición.
Vencer el reloj
Con tanta tecnología ¿Es posible que los atletas venzan al reloj?
Aunque los analistas dicen que no, también admiten que hay trucos para maximizar su rendimiento al principio y al final de la carrera.
Psicólogos deportivos afirman que los atletas se pueden ver influidos por factores sociales, como el tamaño y densidad de la audiencia.
Por ello, competir en casa puede suponer una ventaja para atletas británicos, porque el apoyo de los asistentes incrementaría su rendimiento psicomotor acelerando sus tiempos de reacción.
En natación por ejemplo, terminar la competencia con el brazo totalmente extendido en lugar de tenerlo junto al cuerpo puede significar una importante diferencia en tiempo.
Cualquier segundo cuenta, y en unos juegos como estos, puede ser la diferencia determinante para alcanzar la victoria.
El reto de coordinar
Michele Hyron es la persona encargada de coordinar el consorcio de expertos informáticos dedicados a diseñar, crear y operar la infraestructura tecnológica en que se apoyarán los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.
Ella ya se desempeñó como gerente de operaciones de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, y también coordinó el trabajo de Atenas, en 2004, y de los Juegos de invierno en Salt Lake City, en 2002.
Según Hyron, como la tecnología progresa continuamente es necesario enfrentar los nuevos problemas relacionados con un proceso sólido basado en probarlo todo en el laboratorio una y otra vez.
“Cuando lleguen los juegos ya habremos completado un amplio programa de pruebas. De hecho, nuestro trabajo es análogo a la formación de pilotos en simuladores de aviones.
Hacemos que los equipos de Tecnología Informática tengan que solucionar cualquier tipo de eventualidad, desde el fracaso de la red de comunicaciones hasta que alguien accidentalmente desconecte algo, y tratamos de asegurarnos de que siempre haya una solución sin que nadie, presente en los juegos o viendo la televisión, lo llegue a notar”, sostiene.
Se estima que entre el inicio de la civilización, hace unos 4.000 ó 5.000 años, y 2003, la humanidad había creado alrededor de cinco exabytes (EB) en datos, que es 5.000 millones de gigabytes.
Hoy, en todo el mundo, creamos esa cantidad de datos cada dos días, y el volumen de los datos empresariales se duplica cada 18 meses.
Los Juegos Olímpicos no son una excepción. “En Pekín manejamos 50% más datos que en los Juegos de Atenas”, dice Hyron.
Los Juegos de Londres de 2012 nos harán procesar más información que en Pekín para satisfacer las demandas de los aficionados con respecto a sus eventos favoritos y las estrellas del deporte, y poderla difundir a través de los medios de comunicación, internet y celulares.
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