El 28 de julio del año pasado, 130 congresistas juraron defender la Constitución y trabajar por las más pobres. De esa fecha han transcurrido 10 meses, y el balance del nuevo Congreso de la República es pobrísimo. Aquí el recuento de los principales acontecimientos bochornosos que tiñen de vergüenza a este poder del Estado.
Indignante. Los integrantes del actual Congreso de la República no tienen ni un año en el cargo y ya los actos de corrupción, intolerancia, ineptitud y poca seriedad han caracterizado su actual trabajo. El Parlamento, lejos de usar eficientemente sus recursos en aras del desarrollo social, político y económico de nuestro país, ha venido perdiendo el tiempo ocasionando y sancionando actos reñidos con la moral protagonizados por los propios “padres de la Patria”.
Uno de los primeros escándalos que se llevó a cabo en el Poder Legislativo fue el griterío que protagonizó la congresista fujimorista Martha Chávez el mismo 28 de julio del año pasado, día en el que el presidente electo, Ollanta Humala, juramentó como mandatario y honró la Constitución Política de 1979, desconociendo la de 1993, lo que provocó la indignación y el enfado de la fujimorista, quien no dudó en comenzar a arengar y vociferar en contra de esa juramentación, convirtiendo un 28 de julio que debió ser un día histórico en un día sombrío para el actual gobierno.
Cuando la opinión pública recién asimilaba dicho escándalo, una denuncia periodística dio cuenta de una reunión del congresista y entonces segundo Vicepresidente de la República Omar Chehade, con autoridades policiales en el restaurante “Las Brujas de Cachiche”, en la que se habría hablado sobre un presunto desalojo a la azucarera Andahuasi. Tras una sumaria investigación el Congreso de la República lo suspendió por 120 días en sus funciones legislativas.
El escándalo que se formó en torno a esta reunión, llevó también al congresista Chehade a renunciar a la segunda Vicepresidencia de la República.
Otro escándalo que remeció el novísimo Congreso fue la que protagonizó Celia Anicama cuya empresa “Cable Orión”, estaba transmitiendo de forma ilegal algunas señales exclusivas de Movistar. Dicha parlamentaria bautizada con el nombre de “Robacable” fue suspendida 120 días del Congreso por la Comisión de Ética. En su defensa, la congresista indicó que el que estaba al mando de la empresa era su esposo, intentando de esta forma despojarse de toda responsabilidad. Sin embargo, las evidencias fueron contundentes y no le quedó más remedio que aceptar la sanción y alejarse del Parlamento por el período establecido.
A la lista también se suma el parlamentario Amado Romero, más conocido como “Comeoro”, quien fue acusado por promover la minería informal en la selva. La Corte Superior de Justicia de Madre de Dios solicitó en noviembre pasado que se levante su inmunidad para poder procesarlo por delitos ambientales, pero dicha propuesta no tuvo un desenlace positivo. Durante el Pleno que votaba su suspensión, el mencionado congresista pidió disculpas públicas por sus faltas.
A esta nómina de vergüenza se suma la conducta delictiva de la congresista Rocío González Zúñiga, -“Robaluz” - quien fue sentenciada por un juzgado penal de la Corte Superior de Arequipa a la condena suspendida de cuatro años por el delito de hurto agravado de energía eléctrica, realizado por la empresa de su propiedad, Proalim. Sentencia que fue ratificada por la Corte Suprema.
No puede pasar por alto el caso del oficialista Emiliano Apaza, quien fue acusado por el primer Juzgado Penal Liquidador de la provincia de San Román por el delito de receptación aduanera agravada o, más conocidamente, contrabando. Dicho congresista no reportó este hecho en su hoja de vida que presentó ante el JNE (Jurado Nacional de Elecciones) al momento de inscribirse. Dicho parlamentario se encuentra purgando una condena de 4 años de prisión suspendida, dictada el 18 de agosto del 2010.
Lo acusaron de violación. Al congresista de Gana Perú, Walter Acha, lo enfrentaron al desafuero tras ser acusado por su ex jefa de prensa, Idelia Calderón Ramos, quien argumentó que el parlamentario en cuestión la dopó y violó el pasado 26 de febrero, durante un viaje de comisión a Pucallpa al que ambos fueron. Como refuerzo a esta acusación se sumó un video en el que el mentado legislador, grabado con una cámara oculta, reconoce haber “tocado” a su entonces jefa de prensa y, además, se puede observar cómo le pide varias veces que aborte al bebé que estaba gestando, producto de la supuesta violación, porque “eso es algo que no nos conviene a los dos”, afirmó.
La tolerancia no es una de sus virtudes
La excongresista nacionalista Nancy Obregón, entre todos los escándalos que ha cometido, está aquel en el que tildó de “babosa” y “payasa” a una periodista por cuestionar la contratación de su hija Sheyla al Congreso cuando ésta no reunía los requisitos necesarios para el cargo. Además, en el mes de febrero, siendo interrogada sobre su supuesta complicidad con el camarada Artemio, ella señaló: Estoy cansada… ¿acaso tú me ves cara de terruca?”.
Pero ahí no terminó todo. El último escándalo que ha protagonizado la exparlamentaria fue el golpe en los genitales que le propinó al reportero gráfico David Wexelman, del diario Perú21, cuando éste, cumpliendo su trabajo, le hacía fotos mientras ella caminaba por los pasillos del Congreso. Dicha visita sería una de las tantas que la exlegisladora realiza de forma consecutiva al Parlamento.
Uno de los últimos escándalos del Congreso ha sido protagonizado por la bancada fujimorista. La legisladora Aurelia Tan, según el programa periodístico Cuarto Poder, contrató a un empleado fantasma quien, lejos de cumplir sus funciones en la oficina, prefirió hacerlo de una manera poco ortodoxa, apostando en las carreras de caballos y yendo al podólogo.
El programa menciona que Miguel Kobashikawa funge como auxiliar II asignado a la oficina de la legisladora Aurelia Tan, sin embargo, el funcionario se califica como chofer de la congresista. Según dicha información, Kobashikawa percibía un sueldo de 2.790 soles, 1.998 por concepto de honorarios y 792 soles por alimentación.
Según las grabaciones del programa, la persona que cumple el verdadero papel de chofer es Félix Tan, hermano de la parlamentaria; sin embargo, esta persona no figura en la planilla de su despacho congresal.
Toda esta lista de actos polémicos son solo algunas de las muestras de ineficiencia que se viene desarrollando en el Parlamento sin haber cumplido siquiera un año de funciones. Se espera que la ola de corrupción e ineptitud que muestran los legisladores decrezca en el transcurso de los cuatro años que aún le queda al actual gobierno, aunque los hechos mencionados no auguran un futuro prometedor.
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