Ubicado en la intersección de Europa Central y del sureste, Rumania siempre fue un país ortodoxo y cerrado a otras religiones. A pesar de esta dificultad, el Cenáculo del Espíritu Santo empezó su trabajo de llevar apoyo material y espiritual a todos los rumanos desde 1997.
Gracias a esta labor, la obra del Cenáculo del Espíritu Santo comenzó a crecer en este país. De un pequeño inmueble en el centro de la capital, Bucarest, con la que empezó su trabajo, el Cenáculo hoy cuenta con cinco iglesias, donde cientos de personas tienen la oportunidad de tener un encuentro con el verdadero Dios.
Con el apoyo del grupo de voluntarios Corazón de Oro, el Cenáculo viene visitando a lo largo y ancho de este pequeño país a muchos rumanos, quienes por no conocer a Dios están sufriendo de varias dolencias, físicas y espirituales.
Recientemente el Cenáculo del Espíritu Santo inauguró con la presencia de 350 personas su templo, que comenzó a construirse en el año 2008.
En dicha inauguración, el pastor Luciano Almeida, responsable del trabajo de evangelización de ese país, destacó la importancia de tener una buena relación con Dios, abandonando las malas prácticas y costumbres que nos enseña las religiones.
Con una capacidad para 203 personas, el templo recientemente inaugurado, que queda en la ciudad de Bucarest, cuenta con dos salas infantiles y una maternal.
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