“Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: »El Amén, el testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto: »Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. (Apocalipsis 3:14-16) Laodicea era una localidad donde había una iglesia y esta carta fue enviada al pastor y al pueblo de este lugar.
Cuando uno coloca la mano en un recipiente con agua caliente, la reacción es inmediata, y lo mismo acontece si el agua está muy fría, pero cuando el agua está tibia la persona queda acomodada y pasa a tener una sensación de bienestar.
Los fríos son aquellos que están afuera de la iglesia, aquellos que están poseídos por un mal y que reaccionan delante de las propuestas del mal.
Dentro de la iglesia solo encontramos a los calientes y a los tibios. Aquel que es caliente se le conoce también por su reacción, pero estas son personas que reaccionan delante de las propuestas de Dios. En cambio el tibio es aquel que está dentro de la iglesia y está tranquilo y acomodado. El tibio es aquel tipo de personas que está dentro de la iglesia, que escucha la Palabra de Dios, que Él es grande, escucha los testimonios, pero no reacciona. Entonces la Biblia dice que este tipo de personas Dios está a punto de vomitar de su boca. Solo vomitamos algo cuando nuestro organismo lo rechaza.
El diablo tiene el interés de que hayan tibios en la iglesia, porque él es tibio. No siempre él fue satanás y tampoco no estuvo siempre en el infierno. La Biblia dice que él tenía el nombre de lucifer, que significa lleno de luz, se encontraba en el cielo y por supuesto era caliente. Pero llegó un tiempo que ya el hecho de estar en el cielo viendo a Dios cara a cara, escuchando la Palabra de Dios directamente ya no le hacía reaccionar y por esto Dios lo expulsó del cielo. Así como el diablo es tibio, lo mismo quiere que seamos nosotros. Muchos dentro de la iglesia, cuando recién llegaron, escuchaban una prédica o leían la Biblia y reaccionaban, pero fue pasando el tiempo, y cuando escuchan una prédica o leen un versículo ya no reaccionan, dicen ‘eso ya sé’ ‘ya lo escuché’. Estas personas dejan de ser calientes para pasar a ser tibios y son a ellas que Dios dice que vomitará de su boca.
Así que tenga cuidado, porque el trabajo de satanás hoy, es hacer que el máximo de personas sean tibias como él.
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