miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuando usted se da cuenta de que tiene que cambiar


Palabra del Obispo Macedo

“Con el pasar de los años, si no actualizamos el espíritu de nuestra mente, nos volveremos espiritual y mentalmente viejos”.

A lo largo de nuestras vidas, pasamos por experiencias que nos moldean – o al menos intentan moldearnos. Si somos ciegos y sordos a lo que cada experiencia nos enseña, entonces nuestro carácter no puede ser moldeado. 
Y es ese el problema que muchos de nosotros cargamos – la resistencia al cambio. Nuestro corazón humano está tan lleno de sí mismo, tan convencido de que sabe mucho, de que nunca se equivoca, que muchas veces no aprendemos las lecciones contenidas en una experiencia.
Cuando finalmente nos damos cuenta de eso, cuando nos despertamos ante el hecho de que al final ESTAMOS equivocados, podemos reaccionar de una u otra manera:
· Podemos despertarnos y humildemente aprender nuestra lección, o
· Podemos ser obstinados y mantener nuestro orgullo.
La primera opción significa que aprendimos y crecimos; la segunda, que nos volvemos tan orgullosos que no podemos aprender algo nuevo.
“Y renovaos en el espíritu de vuestra mente...”, dice el apóstol Pablo en Efesios 4:23. Pocas, pero profundas palabras.
Nuestra mente necesita renovación. Necesita porque envejece. 
Con el pasar de los años, si no actualizamos el espíritu de nuestra mente, nos volveremos espiritual y mentalmente viejos. Viejas ideas, viejas maneras, resistencia al cambio. Paramos de crecer. Somos dejados atrás. Mentes más jóvenes (y actuales) comienzan a adelantársenos. Y nos volvemos una aburrida, amargada, resentida caricatura de lo que acostumbrábamos ser. Entonces culpamos al mundo por haber cambiado…
“El cambio es difícil pero casi siempre esencial a la sobrevivencia.” – Les Brown
Entonces, la próxima vez que sus ideas o convicciones actuales sean desafiadas por otras mejores y diferentes, no sea orgulloso. Vaya adelante y cambie.
Es para su bien.

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