Palabra del Obispo Macedo
“Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor; y el Señor los entregó en mano de Madián por siete años … Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas, … y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.” (Jueces 6:1-4)
Vemos que el pueblo volvió al pecado: hizo lo malo delante de Dios, y por eso (solamente por esta razón) el Señor lo entregó en mano de Madián. No fue, no es, y nunca será la voluntad de Dios ver a Su pueblo oprimido por los madianitas (fuerzas del infierno). Una vez viviendo en el error (pecado), el pueblo tenía la plena consciencia de que no podía contar con Dios mientras viviese de esa forma. Por eso, ¿qué fue lo que hizo? Usó su fuerza para construir las cavernas, para huir de los problemas, en vez de enfrentar a los enemigos. ¡Es exactamente eso lo que el pecado hace! Hace que las personas den excusas para sus fracasos (culpando a los otros) ¿No fue eso también lo que Adán y Eva hicieron cuando pecaron? Ellos “huyeron” de Dios, pues tuvieron miedo (Génesis 3:10). Incluso, esta es la primera vez que la palabra MIEDO aparece en la Biblia. Muchos son aquellos que no tienen fe para sacrificar para Dios, porque creen que no serán respondidos, porque saben que aún poseen el altar de Baal dentro de sus casas (corazón). Es interesante notar que los madianitas no mataron a los israelitas. Ellos venían y tomaban todo aquello que el pueblo de Israel había sembrado. Hicieron eso durante siete años. No los mataron, porque los israelitas ‘trabajaban’ para ellos. De la misma forma, el diablo no quiere matar inmediatamente, pues no solo vino para eso, sino también para robar y destruir. ¿Qué hizo Dios, entonces? Él encontró a aquel que en vez de esconderse, estaba indignado y listo para hacer lo que Dios le pidiera. ¿Cómo procedió Dios, entonces? PRIMERO QUE TODO, Gedeón tendría que derrumbar el altar de Baal y cortar el ídolo de madera que estaba junto al altar. Y eso le daría fuerzas para sacrificar en el ALTAR DE DIOS el segundo toro. De la misma forma, la persona que se libra del pecado, tomando la decisión de abandonarlo de una vez por todas, SE LLENA DE FUERZA Y CERTEZA de que Dios está con ella, pues la acusación no existe más, y eso le da coraje para hacer todo lo demás que Dios manda. NO HAY NADA MEJOR EN ESTE MUNDO QUE UNA CONSCIENCIA LIMPIA Y TRANQUILA. Existen personas que hacen el sacrificio físico, pero no el espiritual. Pueden conquistar la cura, el empleo y algunas cosas más, sin embargo nunca tendrán la PAZ y la certeza de la salvación que Dios tiene para dar. ¡Y NO es eso lo que nosotros queremos! Nosotros queremos un pueblo fuerte, libre, bendecido, próspero, guerrero, convertido y, sobre todo, NACIDO DE DIOS.
Lo invitamos a destruir los altares de Baal que existen dentro de usted (resentimientos, rencores, pecados escondidos, dudas, sentimientos malos… Y todo aquello que le trae dudas. “Y os dije: Yo soy el Señor vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a Mi voz.” (Jueces 6:10)
Y usted, ¿dará oídos a la voz de Dios o no?
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