Aún no empieza el verano pero el dengue ya mató a más de 30 personas. El Gobierno ha puesto en marcha un plan para combatirlo. ¿Será suficiente?
El dengue nuevamente pone a prueba a las autoridades. De acuerdo con el Ministerio de Salud, el brote de esta enfermedad hasta el mes de noviembre ya ha cobrado la vida de 34 personas e infectado a 21,500. Sabiendo que el virus del dengue se multiplica durante los meses de más calor y aún no habiendo llegado a esa temporada, es comprensible pensar que habrá un aumento de personas infectadas.
Como ya viene siendo costumbre en el país, serán nuevamente los pobres los más afectados. Por negligencia de muchas autoridades millones de personas-no solo de provincias sino también de la capital- viven sin servicios básicos, esta situación les obliga a tener que depositar el agua en recipientes, precisamente el lugar ideal para que el zancudo Aedes aegypti, que es el trasmisor de esta enfermedad, deposite sus huevos.
¿Cuántas personas en esta temporada de verano irán a morir? ¿Por qué las autoridades no priorizan obras que conlleven a erradicar esta enfermedad?
Ante la emergencia el Gobierno ha elaborado un plan de control del brote con un costo inicial de un millón de soles que contempla el control del dengue a través de la compra de medicamentos, equipos médicos, campañas de comunicación masiva, fumigación y recojo de basura. Es decir, las autoridades van a atacar los efectos más no las causas principales.
Si la gente tiene depósitos de agua almacenados para su consumo es porque viven en lugares donde no hay redes del líquido elementos. Si arrojan sus desperdicios a la calle es porque el servicio de recojo de basura es deficiente. ¿Y a quien compete solucionar estos problemas?, simple, a las municipalidades y gobiernos regionales. Pero muchos no lo hacen, como bien lo dice el Ing. Naut Aguilera, expresidente del CTAR Huánuco, por cálculos políticos porque saben que hacer un proyecto de agua y alcantarillado demora al igual que su aprobación.
“Ellos buscan hacer obras pequeñas para que la gente vea y eso les asegure la reelección”, dice Aguilera.
¿Por qué es peligrosa?
El dengue es una enfermedad que tiene una alta tasa de ataque, es decir, se puede producir bruscamente un gran número de enfermos. No existe tratamiento efectivo contra el virus. Aunque el dengue clásico no es una enfermedad grave, la sobreexposición (volver a infectarse por otra picadura) aumenta el riesgo de contraer la variante hemorrágica, que sí tiene una alta letalidad (50% sin tratamiento adecuado).
El dengue es un problema creciente de salud pública que afecta a más de 100 países en el mundo, con más de 50 millones de casos informados cada año, incluidos 500.000 hospitalizaciones y alrededor de 20.000 defunciones. Los cuatro tipos de dengue, o serotipos, están circulando en las Américas, donde los casos aumentaron en forma explosiva de 66.000 en 1980 a más de 717.000 en 1998. En el año 2001, las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hablaban de 609.152 casos de dengue notificados en nuestro continente, incluidos 15.000 casos de la fiebre hemorrágica del dengue y 115 defunciones.
Prevención
Según el doctor Richard Saavedra, para el control del mosquito, además de medidas sanitarias internacionales, se requiere del apoyo de la comunidad. Así, en las zonas con presencia del vector, se pueden eliminar los criaderos para los mosquitos, limpiando los sitios donde hay basura, manteniendo tapados los depósitos de almacenamiento de agua y vaciando los envases de agua, los neumáticos viejos y otros recipientes que pueden contener aguas detenidas. “Estas acciones son simples, no implican recursos y pueden ayudar al control sin utilizar productos químicos”, dice el galeno.
En la lucha contra esta amenaza no solo tienen que intervenir los ministerios de Salud y Educación, también los gobiernos regionales y locales. Y claro está, los medios de comunicación. De lo contrario todo esfuerzo y recurso que se gaste será en vano.
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