jueves, 7 de marzo de 2013

La izquierda latinoamericana como queda tras la muerte Chávez


¿La Revolución Bolivariana sobrevivirá luego de la muerte de su líder? ¿Desaparecerá como sucedió con la Unión Soviética?  Las próximas semanas serán cruciales para saber el futuro del proyecto que dejó el Comandante Chávez.


La bloguera cubana Yoani Sánchez reprodujo hace un año en el diario El País las palabras de una señora en las calles de La Habana: “Si a Chávez le pasa algo, nos va caer encima un segundo Periodo Especial”. Con esta preocupación la mujer se estaba refiriendo a la pavorosa etapa de escazes de combustible que sufrieron los cubanos tras el desplome de la Unión Soviética a mediados de la década de los 80.
Con la desaparición de la Unión Soviética, Venezuela se constituyó en el salvador de Cuba, ya que gracias al petróleo que empezó a enviar por órdenes de Chávez la Isla no sufrió de recortes energéticos.
Posteriormente Venezuela extendió su generoso apoyo a otros países del Caribe y Centroamérica como la República Dominicana, Jamaica y Nicaragua a través del programa llamado Petrocaribe.
La Nicaragua de Daniel Ortega es parte con el Ecuador de Correa y la Bolivia de Evo Morales de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América, el eje antiimperialista surgido de la fuerte oposición hacia los Estados Unidos. 
La muerte del Comandante ocurrida la tarde del cinco de marzo abre varios interrogantes: ¿Es el fin del maná político que Chávez representaba para los regímenes autoritarios de la región? ¿Existe el riesgo de que Cuba caiga en una nueva era de desabastecimiento y se desate una nueva crisis migratoria? ¿Marcará su desaparición el reencuentro entre las fuerzas progresistas de América Latina? ¿Podrán sus sucesores en Caracas cubrir el vacío que deja su carisma, su dramaturgia y exceso verbal, en la izquierda populista latinoamericana?
Los datos macroeconómicos que presenta Venezuela no son halagüeños, la deuda de petrolera estatal PDVSA se ha disparado hasta los 8.000 millones de dólares y la reciente devaluación del bolívar pasará factura social. 
Por otra parte, ni Ortega, enfermo, que administra su pequeño país como un nuevo Somoza, ni Correa ni Morales, demasiado distantes y demasiado pobres, se intuyen capaces de mantener encendida la llama revolucionaria y antiimperialista en la región sin el carburante esencial del petróleo. La desaparición de Chávez abre también seguramente una nueva etapa en América Latina en la que habrá que tener en cuenta a otro jugador, México, cuyo Gobierno actual es muy consciente de su relevancia diplomática  y de su capacidad para amortiguar crisis y reconciliar posiciones encontradas.
Chávez sucedió a Fidel como icono de la izquierda latinoamericana cuando el fulgor de la figura de éste hacía tiempo que se había apagado. Más que eso, lo imitó hasta hacerse llamar comandante y pretendió continuar su obra en el siglo XXI con el llamado “socialismo bolivariano”. Hoy ha muerto otro mito. Como antes lo fueron el “Che” Guevara, Salvador Allende, Omar Torrijos, Manuel Marulanda, Tirofijo, Velasco Alvarado, Tomás Borge y tantos otros. Mientras, a sus 86 años, viviendo ya probablemente en el país de los recuerdos, Fidel Castro sigue allí. (El País)

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